Madrid, 2 oct (EFECOM).- Los acusados Miguel Angel Vicente y Agustín Fernández Ameneiro admitieron hoy que algunos clientes "especiales" o del "círculo de gestión" de Antonio Camacho disfrutaban de rentabilidades del 25% en renta fija o soportaban grandes minusvalías, para ser deducidas ante Hacienda.
En la séptima sesión del juicio oral de Gescartera, a preguntas del fiscal, ambos acusados reconocieron, al igual que los otros cuatro imputados que declararon ante el tribunal, que Camacho hacía llegar, por medio de la presidenta de Gescartera, Pilar Giménez-Reyna, su "quiniela" con las rentabilidades a aportar.
Por un lado, según el jefe de mantenimiento Miguel Angel Vicente, estaban los clientes normales y, por otro, otros inversores especiales que, como su familia, recibieron rentabilidades del 23 al 26& por cantidades asignadas a renta fija, lo que hizo multiplicar su patrimonio quince veces.
De hecho, según los documentos aportados por el fiscal, de los 20 millones de pesetas (120.000 euros) aportados, a principios de los noventa, a Camacho para su gestión en Gaesco, se pasó, en 1993, cuando se fundó Gescartera, a 90 millones; en 1997, a 268 millones y, en 2001, antes de ser intervenida la agencia de valores, a más de 300 millones de pesetas (1,8 millones de euros).
"Entienda que mi familia, con estas rentabilidades mantenía la inversión", dijo al fiscal Miguel Angel Vicente, quien reconoció que nunca declaró a Hacienda estos ingresos y que los recuperaba siempre mediante cheques por menos de 500.000 pesetas, excepto cuando se compró una casa por 21,5 millones de pesetas que sí incluyó en su declaración de IRPF.
En todo momento, Vicente, quien tenía un sueldo mensual inicial de 900 euros y 2.500 euros en 2001, negó que los rendimientos obtenidos por él y su familia fuesen "un asiento para llevarse los clientes de Gescartera", tal y como le preguntó el fiscal, después de afirmar que este acusado no figura como cliente ni parece haber efectuado inversión alguna en Gescartera.
El fiscal ha pedido ocho años de cárcel por apropiación indebida, ya que Vicente se encargaba del sistema informático, considerado "pieza fundamental" para el engaño a los inversores "mediante atribuciones que realmente no estaban en el patrimonio de los clientes" y que, en parte, pudieron haber ido a los hermanos Pedro Francisco y Francisco Javier Vicente por más de 193 millones de pesetas (1,16 millones de euros).
Además, solicita para otro de los imputados que declaró hoy, Agustín Fernández Maneiro, seis años de prisión, pues "se encargaba de elaborar un estudio de asesoramiento a los clientes, liquidaba las comisiones de los comerciales en función de los baremos y efectuaba labores de asesoramiento fiscal".
Entre ellas, Fernández explicó que, por orden de Camacho y el ex director general José María Ruiz de la Serna, "transcribió mecanográficamente" unas cartas para la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en la que una veintena de clientes admitían haber tenido pérdidas por una cantidad total que podría rondar entre 200 y 300 millones de pesetas (2,4 millones de euros).
El acusado mantuvo en todo momento que no redactó esta misiva, que no prestó asesoramiento fiscal para estos clientes y que tampoco tuvo nada que ver en la confección de otros dos listado, con más de cuarenta clientes, denominados "agrupación Carlos Ortín Barrón" y "agrupación Rodríguez Gil", por más de 200 millones de pesetas (1,2 millones de euros).
Según el fiscal, muchos de estos clientes utilizaban las pérdidas para intentar buscar su deducción en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) o en el Impuesto de Sociedades, dado que tenían patrimonios importantes, como era el caso del sacerdote de Cuenca Teodoro Bonilla, quien se ha retirado como acusación particular en este procedimiento.
Otros como Rafael Medina, por ejemplo, perdieron más de 60 millones de pesetas por culpa de las comisiones, o en el caso de Antonio Plaza obtuvieron minusvalías por más de 50 millones de pesetas, por culpa de varias operaciones con valores de compraventa realizadas en el mismo día.
Tras la declaración de estos imputados, ahora será el turno de la mujer de Antonio Camacho, Laura García-Morey. EFECOM
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