Los planes de los grandes bancos estadounidenses de poner fin a las cuentas corrientes gratuítas en Estados Unidos, algo muy de moda durante las últimas dos décadas en el país, podría provocar una escapada masiva de millones clientes. Al menos eso considera el analista de Rochdale Securities, Richard Bove, que estima que "entre el 15 o el 20 por ciento de los estadounidenses cerrarán su cuenta bancaria este año".
"Cuando los ciudadanos sean conscientes de las nuevas tarifas que se avecinan, millones de clientes dejarán de usar su cuenta corriente", afirmó al rotativo The Journal Gazette.
La nueva regulación financiera ha provocado que muchos bancos comerciales como Wells Fargo & Co., Bank of America, Citigroup y JPMorgan Chase hayan comenzado a implantar una cuota de mantenimiento que oscila entre los 5 y los 25 dólares, según el caso, algo que también tendrán que implantar los bancos regionales y comunitarios.
Según adelantó ya el consejero delegado de JP Morgan, Jamie Dimon, estas nuevas tarifas podrían provocar una espantada del 5% de los clientes de la banca comercial, por lo que el número de ciudadanos sin cuenta bancaria en el país podría llegar a alcanzar los 23 millones de personas. No hay que olvidar que la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés) considera que el 7,7% de la población estadounidense carece de cuenta bancaria.
Poner freno a la nueva normativa
A día de hoy, los bancos y sus correspondientes lobbies intentan poner freno a una nueva normativa de la Reserva Federal que pretende reducir en un 80% o más la comisión que los bancos cobran a los minoristas cada vez que un consumidor realiza un cargo con tarjeta de crédito o débito. Al fin y al cabo, la banca norteamericana se juega cerca de 48.000 millones de dólares en ingresos anuales, si esta reducción se llevase a cabo.
Mientras tanto, los ciudadanos parecen haber encontrado nuevas alternativas, como las tarjetas de débito prepago, que no están asociadas a ninguna cuenta bancaria y que pueden recargarse. Esta industria crece a un ritmo anual del 20% y alcanzó las 6.000 millones de transacciones en 2009. Aún así, estas tarjetas incluyen comisiones, muchas de ellas abusivas, y carecen de la protección ofrecida por las cuentas bancarias.
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