La aerolínea salva la cara a IAG, que presenta un beneficio neto de 100 millones.
International Airlines Group (IAG), la sociedad resultante de la fusión entre Iberia y British Airways, trasladará a sus billetes el encarecimiento del precio del petróleo, según reconoció ayer a este diario el consejero delegado del grupo, Willie Walsh. Se trata de una hipótesis más que real, porque la aerolínea estima que su factura de combustible se encarecerá este año de forma irremediable si persisten los conflictos sociales desatados hace semanas en el Golfo Pérsico, zona en la que opera el 5 por ciento de su negocio total.
El pasado ejercicio, Iberia y British Airways destinaron a esta partida un total de 3.100 millones de euros, pero sus estimaciones apuntan a que si el actual precio del petróleo se mantiene en el tiempo, en el entorno de los 110 dólares el barril o 970 millones de dólares la tonelada de queroseno, la factura energética del grupo se incrementará hasta los 5.100 millones de euros.
Rafael Sánchez Lozano, consejero delegado de Iberia, precisó que la aerolínea ya se ha visto dos veces obligada a encarecer el precio de sus billetes desde las pasadas Navidades como consecuencia de la subida del crudo, al igual que han debido de afrontar otras industrias del país. Pese a la compleja situación, Sánchez Lozano detalló que IAG tiene cubierto el 53 por ciento de las posibles subidas del precio del queroseno a través de distintos instrumentos financieros.
Iberia y British Airways presentaron ayer por primera vez su cuenta de resultados conjunta tras la fusión materializada el pasado año. Se trata de resultados pro-forma, porque mientras el año fiscal de la española es natural, el de la británica se inicia en marzo y concluye en abril. De esta forma, el perímetro aportado por British Airways a la cuenta de resultados conjunta se corresponde únicamente con sus primeros nueve meses.
Al término de este periodo comparado, IAG presentó ayer un beneficio neto de 100 millones, frente a unas pérdidas de 777 millones cosechadas en 2009. En realidad, buena parte de los números negros obtenidos corresponden a Iberia, que aportó 89 millones. Los ingresos se elevaron hasta los 14.798 millones, un 10 por ciento más, si bien resultaron condicionados por la huelga de controladores españoles y la adversa climatología que los aeropuertos británicos soportaron a finales de diciembre, en una cantidad cifrada en 71 millones.
Tras la fusión, la posición de caja de la aerolínea asciende a 4.352 millones, "una posición fuerte" en palabras de Willie Walsh, que podría destinarse a renovar la flota de aviones (352 en total), o bien a adquirir algún activo que aporte valor. En todo caso, Walsh abundó que por el momento la sociedad no tiene intención de "acelerar" el proceso de modernización de la flota.
En relación con el cambio de sede, actualmente radicada en Madrid, Sánchez Lozano afirmó que a lo largo del presente ejercicio se adoptará una decisión definitiva, con el deseo de unificar la dirección y la gestión.