El juzgado de lo mercantil número 6 de Madrid, encargado del preconcurso de Clesa, ha empezado a citar en los últimos días a distintos administradores concursales ante el temor de que haya una caída precipitada de Nueva Rumasa.
Según han confirmado fuentes judiciales a elEconomista, el juez Francisco Javier Vaquer Martín, el mismo que está encargado del concurso de acreedores de Afinsa, considera que, salvo que una firma externa entrara en la compañía, existen muy pocas posibilidades de que la familia Ruiz-Mateos logre sacar adelante por sí sola al conglomerado empresarial.
Los proveedores han cortado el suministro, la actividad en las fábricas está prácticamente paralizada y lo peor es que ni la banca ni la Tesorería General de la Seguridad se fían y pretenden seguir la vía judicial y solicitar más embargos preventivos.
Algunas fuentes apuntan incluso que el propio juez se habría planteado en los últimos días la posibilidad de declarar un concurso necesario de forma adelantada, sin esperar al plazo de cuatro meses que tiene Nueva Rumasa para intentar llegar a un acuerdo con los acreedores, aunque el proceso sería muy complejo y todo indica que su intención, al menos por ahora, es esperar al desarrollo de los acontecimientos.
Más allá de los administradores concursales a los que se está citando, el posible concurso de acreedores de las sociedades de Nueva Rumasa ha provocado también que algunos de ellos se dirijan a los juzgados para ofrecer sus servicios. Y es que se trata de un bocado muy apetitoso del que nadie se quiere quedar fuera.
Preconcurso de 'Cacaolat'
Hay que tener en cuenta que, al margen de Clesa, Nueva Rumasa ha solicitado también el preconcurso para otras nueve sociedades más y UGT lo ha instado asimismo para Cacaolat. Todos estos procesos se están administrando en juzgados distintos y dispersos por cinco comunidades autónomas, por lo que no tendría demasiado sentido instar el concurso de una sola sociedad y dejar que el resto siguiera negociando.
Nueva Rumasa acumula una deuda financiera de 713 millones de euros, a los que habría que sumar al menos otros 45 millones más pendientes de pago a la Tesorería General de la Seguridad Social.
La familia Ruiz-Mateos insiste en que tiene patrimonio de sobra para hacer frente a los pagos y que va a responder ante los inversores- que han dejado de cobrar ya los intereses de los pagarés, pero sus cifras no están auditadas y el entramado empresarial que han creado en paraísos fiscales imposibilita conocer los datos reales.
En 2009 valoraron su patrimonio en 3.000 millones de cara a la colocación de los pagarés, pero tan sólo unos meses después lo elevaban ya a 6.000 millones.
Nueva Rumasa tiene sus esperanzas puestas en este momento en dos posibles vías de salida. La primera de ellas es que el fondo de inversión Oaktree acabe entrando en su capital. La firma la encabeza en España Carlos Gila, un experto en reestructuraciones financieras que, entre otras compañías, consiguió sacar adelante La Seda.
Las condiciones del fondo
Oaktree ve con buenos ojos la operación, sobre todo por las sinergias que tendría con otra de sus participadas, Panrico, y está ultimando una due dilligence o auditoría de los activos.
En principio, y a pesar de que haría falta una importante inyección de dinero -Ruiz-Mateos habla de hasta 500 millones de euros-, el principal escollo radica en que su desembarco sólo se llevará a cabo si tienen el control absoluto sobre la gestión, al margen de la participación que pudieran quedarse.
Su intención es hacer una propuesta en los próximos días con una serie de condiciones, entre las que estaría además la de crear un grupo consolidado, algo que podría complicarse, al menos en un principio, si las empresas se ven forzadas a presentar el concurso de acreedores.
Por si acaso, los Ruiz-Mateos están tanteando también otras opciones. Sin descartar a otros posibles fondos, y ante su crítica situación financiera, han ofrecido sus dos principales marcas -Cacaolat y Dhul- a Lactalis, tal y como adelantó ayer elEconomista. El gigante lácteo francés ha invertido en el último año más de 700 millones en la compra de Puleva y Forlasa, pero ve con buenos ojos la operación y está dispuesto a estudiarla.