TOKIO (Reuters) - La obstrucción de los grupos radicales contra la caza de ballenas ha obligado a Japón a interrumpir su actividad en la Antártida, dijo el viernes el ministro de Pesca, en la que supone la primera ocasión en la que la flota vuelve a casa antes debido a los enfrentamientos con ecologistas.
Los repetidos intentos de la organización Sea Shepherd Conservation Society para bloquear la pesca han causado la irritación de Japón, uno de los únicos tres países - junto a Noruega e Islandia - que cazan ballenas actualmente. El Gobierno describe la caza como una tradición cultural importante.
"Se ha hecho difícil garantizar la seguridad de la flota", dijo el ministro de Pesca, Michihiko Kano, en una conferencia de prensa. "No tenemos otra opción sino interrumpir nuestra investigación".
La organización Sea Shepherd describió la decisión como una victoria para las ballenas y dijo que el movimiento estaba demostrando ser cada vez más efectivo en interrumpir las operaciones de la flota japonesa.
"No hicimos mucho de forma diferente, pero llegamos allí pronto y los interceptamos e interrumpimos antes de que realmente pudieran empezar", dijo Jeff Hansen, director de la división australiana de Sea Shepherd, en una conversación telefónica.
"Cada año les costamos más y más dinero. Es una caza fuertemente subsidiada y están gastando y perdiendo millones, así que les estamos haciendo mucho daño en el bolsillo".
"Nos quedaremos allí en el océano Antártico, y si vuelven la próxima temporada, estaremos allí para escoltarles de vuelta al norte".
La flota japonesa, compuesta de 180 personas en cuatro embarcaciones, está regresando de su caza un mes antes de lo previsto después de capturar 170 ejemplares de ballenas minke, una quinta parte de su objetivo, dijo Shigeki Takaya, un responsable del ministerio de Pesca.
Agregó que no estaba claro cómo procedería Japón en el futuro con la pesca.
Japón había suspendido las capturas la semana pasada después de que Sea Shepherd comenzara a hostigar al buque nodriza de la flota.
Los enfrentamientos entre los balleneros japoneses y los activistas de Sea Shepherd han aumentado en los últimos años. El grupo había introducido un nuevo barco de alta velocidad después de que una de sus embarcaciones se hundiera tras una colisión el año pasado con un ballenero japonés.
Un activista fue condenado a dos años de prisión por un tribunal japonés en julio por abordar un ballenero.
Japón introdujo la pesca científica para eludir la prohibición de caza comercial de ballenas bajo una moratoria en 1986, argumentando que tenía derecho a revisar el impacto de las ballenas en su industria pesquera.
El año pasado, Australia se querelló contra Japón en el tribunal de La Haya para detener la pesca de ballenas en el Océano Antártico. Se espera que la decisión se anuncie en 2013 o después.
La última vez que Japón acortó su expedición ballenera antártica fue en 2007, cuando un incendio mató a un miembro de la tripulación a bordo del buque insignia y dejó inhabilitada la embarcación.
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