La salida a bolsa del holding industrial de La Caixa, Criteria, ha conseguido algo que el Banco de España llevaba persiguiendo años: que todas las cajas se planteen medirse en los mercados, como una muestra más de sus muchas veces cuestionada transparencia y para captar recursos de cara a su expansión internacional. ¿Qué hará la segunda caja más grande de España?
Por ahora, Bancaja y Caja Navarra son la únicas que han anunciado su intención de seguir a la Caixa en su aventura bursátil.
¿Podría Caja Madrid dar también este paso para cumplir con sus planes de crecer en el exterior? No. Su plato fuerte, el 9,92% de Endesa, lo venderá, con lo que la dimensión de su cartera se reducirá significativamente. Además de Endesa, la entidad posee el 14,98% de Indra; el 1,57% de Sogecable; el 9,63% de Iberia; el 5% de NH Hoteles y el 25% de Realia.
A precios del 25 de septiembre, su cartera de cotizadas valía 5.547 millones de euros, es decir, todo lo que vale en el mercado Cintra, que el mismo día tenía una capitalización bursátil de 5.440 millones. Pero, si se quitara Endesa, su cartera se quedaría reducida a 1.341,7 millones de euros. Y eso que las firmas de inversión consideran que aplicando los precios objetivos, que recoge FactSet, esta cartera, sin Endesa, podría revalorizarse un 16%, hasta los 1.582 millones, mientras que con Endesa el repunte sería del 4 por ciento en los próximos meses, hasta los 5.779
millones.
Otras posibilidades
Pero los 1.341,1 millones actuales en los que se quedará la cartera de la caja tras la venta de sus endesas no representa una cantidad con suficiente identidad como para sacarla a bolsa. Algo que reconocen dentro de la propia entidad.
Entonces, si la caja descarta sacar a cotizar su cartera industrial, ¿cómo conseguirá recursos para financiar su expansión internacional? Caja Madrid acudirá a la oferta de compra de Enel y Acciona por Endesa. De esta forma, ingresará 4.205 millones de euros por todo el paquete de acciones en la eléctrica presidida por Manuel Pizarro. De éstos, 2.340,5 millones son plusvalías brutas.
Pero su rentabilidad en la energética no acaba aquí, ya que hay que sumarle lo logrado vía dividendos, como el que obtiene por asistir a la Junta de Accionistas de Endesa de ayer -15 millones de euros, por los 0,5 euros cobrados por título-. Además, a principios de junio Caja Madrid sacó al mercado el 43% de Realia junto a FCC, con lo que pudo embolsarse más de 200 millones de euros.
Por eso, los analistas consideran que con estas plusvalías la caja presidida por Miguel Blesa tiene dinero suficiente para dar su gran salto al extranjero, con Europa del Este y Florida (EEUU) como puntos de referencia, aunque no descarta ningún mercado. "La cartera de Caja Madrid se ha ido aliviando con la colocación de Realia y la inminente venta de Endesa. Aunque le quedan inversiones interesantes, aunque no del tamaño de una cartera tipo Criteria, pensamos que la vocación de Caja Madrid está más en deshacer otras participadas que colocarlas en el mercado.
Al final, lo que están haciendo todas las entidades es obtener recursos con esta vía viendo que las condiciones de mercado y financiación son muy complicadas", comenta Alberto Roldán, director de análisis de la firma de inversión Inverseguros.
La bolsa desde otra dimensión
Pero Endesa puede que no sea la única venta. "En principio las participaciones de Caja Madrid en compañías (Realia, Endesa, Iberia…) están en trámites de venta o las han vendido ya prácticamente. En principio Caja Madrid no necesitaría tanto dinero para financiar su expansión porque será de menor calado", opina Leonardo Lara, gestor de fondo Metagestión.
Y si la expansión de Caja Madrid en el extranjero requiere de un cheque con más ceros, la entidad tiene un plan B antes que sacar la cartera de participadas a cotizar. Tal y como ha explicado el presidente Miguel Blesa en varias ocasiones, es partidaria de emitir cuotas participativas. Es decir, unos títulos similares a las acciones pero sin derechos políticos, con lo que no hay peligro de que la entidad caiga en manos ajenas. Una iniciativa que todavía ninguna caja de ahorros ha utilizado para mejorar sus recursos propios, ya que prefieren apoyarse en otro tipo de activos más baratos y que igualmente ayudan a engrasar su maquinaria, como las emisiones subordinadas y las participaciones preferentes.
La más lanzada ha sido la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) que ha anunciado que estudia emitir este tipo de instrumentos para lanzarse al extranjero. Una operación que todavía no está muy clara, sobre todo, porque las condiciones del mercado no son las más adecuadas para este tipo de pruebas.
Con todo, Caja Madrid lo tiene claro: su estrategia de negocio no tiene por qué seguir a la de La Caixa. Prefiere otras vías para llegar al mismo sitio. Y esa posibilidad existe.