EL CAIRO (Reuters) - Las Fuerzas Armadas de Egipto anunciaron el martes que planean entregar el poder a un gobierno civil electo en seis meses, aunque los Hermanos Musulmanes, el mayor grupo opositor, dijeron que derogar la ley de emergencia y liberar a los presos políticos podría tender un "puente de confianza" que ayude en la transición.
Mientras, abundan los rumores sobre la salud del ex presidente Hosni Mubarak. El diario saudí Asharq al Awsat publicó que el estado del depuesto presidente se está deteriorando y que se ha negado a viajar al exterior para recibir tratamiento.
Una fuente militar dijo que Mubarak, de 82 años y que estaría en la localidad turística de Sharm el Sheij, en el Mar Rojo, "respira", sin dar más detalles sobre su estado. Otra fuente egipcia cercana a la familia del ex gobernante sostuvo que no se encuentra bien, pero tampoco amplió la información.
Las declaraciones de los militares sobre la transición, divulgadas por la agencia estatal, son la señal más clara desde la renuncia de Mubarak el viernes de que el consejo militar está comprometido con el cumplimiento de las demandas de los manifestantes en pro de la democracia en un lapso breve de tiempo.
Sin embargo, algunos líderes laicos advirtieron que apresurar las elecciones presidenciales y parlamentarias en un país en el que la actividad opositora estuvo suprimida durante 30 años podría ofrecer una ventaja a los Hermanos Musulmanes, quizás la fuerza política mejor organizada de Egipto.
Por su parte, el movimiento islamista pidió que los pasos se den más rápidamente, solicitando que se levante el estado de emergencia y que se libere a los prisioneros políticos.
En un día festivo por el nacimiento del profeta Mahoma, Egipto se tomó una pausa mientras el Ejército trataba de calmar el fervor revolucionario y que la gente volviera al trabajo. Ante la previsión de una oleada de protestas laborales, han pedido al pueblo que no perjudique más una economía ya dañada por los 18 días de protestas.
"El consejo militar superior ha expresado su deseo de entregar el poder en seis meses a una autoridad civil y a un presidente electo de forma pacífica y libre que exprese las visiones del pueblo", dijeron las Fuerzas Armadas en un comunicado.
"El consejo ha afirmado que no busca el poder, que la situación actual les fue impuesta a las Fuerzas Armadas y que tienen la confianza del pueblo", agregaron.
También decretó que un comité encabezado por el juez independiente Tareq al-Bishry debe finalizar su trabajo de proponer reformas a la Constitución en 10 días. El plan es luego someter las enmiendas a un referendo.
La revolución de Egipto ha tenido eco en todo Oriente Próximo, así como en los mercados financieros globales, preocupados sobre su efecto en las provisiones de petróleo.
En Bahréin, vecino del mayor exportador de petróleo del mundo Arabia Saudí, la policía se enfrentó con personas que asistían al funeral de un manifestante chií que murió abatido a tiros el lunes en una manifestación contra el Gobierno, y una persona falleció en los enfrentamientos.
Miles de activistas opositores iraníes se manifestaron el lunes en apoyo a los levantamientos en Egipto y Túnez, y la agencia semioficial de noticias dijo que una persona murió por heridas de bala y varias resultaron heridas. También se produjeron disturbios en Yemen.
HERMANOS MUSULMANES EN LA TELEVISION
Los partidos políticos egipcios son en su mayoría pequeños, débiles y fragmentados. Los Hermanos Musulmanes, que bajo la Constitución ahora suspendida no podían formar un partido, serían los más organizados, pero su verdadera popularidad aún está por demostrar.
"Cuando se lleve a cabo la demanda popular para la libertad de formar partidos, el grupo fundará un partido político", dijeron los Hermanos Musulmanes en su página web.
En un reflejo de la transformación en Egipto, la televisión estatal transmitió una entrevista con un destacado miembro de los Hermanos Musulmanes, Essam el-Erian, algo inimaginable en la era Mubarak.
El grupo islamista se formó en los años 20 y tiene raíces profundas en la sociedad conservadora musulmana. Aunque Mubarak mantuvo una prohibición formal sobre el grupo, su Gobierno lo toleró mientras no desafiara su poder.
Líderes de las protestas a favor de la democracia dijeron que los egipcios volverán a manifestarse si sus demandas de un cambio radical no se cumplen. Planean una "Marcha de la Victoria" para el viernes para celebrar la revolución y tal vez para recordar al Ejército el poder de la calle.
Con el malestar aún rondando sobre el aumento de los precios, los bajos salarios y las dificultades económicas, los militares se enfrentan a un equilibrio delicado para restaurar la estabilidad mientras despejan las sospechas sobre su disposición a ceder el poder y modificar un sistema corrupto y opresor que ha alimentado durante seis décadas.
Las Fuerzas Armadas han prometido elecciones libres y justas, suspendido la Constitución y disuelto el Parlamento, desmantelando el aparato que había mantenido a Mubarak en el poder desde que asumió el cargo de manos de Anuar el Sadat, asesinado por islamistas en 1981.
Utilizando su nueva libertad de expresión y protesta, los trabajadores realizaron el lunes una manifestación en El Cairo y otras ciudades del país para expresar su disconformidad con los bajos salarios y malas condiciones laborales.
Los integrantes del Consejo Militar se reunieron el martes con los jefes de los principales diarios estatales e independientes, en un intento de difundir el mensaje de que es hora de que el país se ponga en marcha de nuevo.
Wael Ghonim, el directivo de Google que fue detenido por su papel en la revuelta, dijo que los militares dijeron el domingo a dirigentes juveniles que en dos meses habrá una votación sobre los cambios constitucionales, en un preludio a las elecciones.
El Ejército ha prometido que levantará el estado de emergencia, en vigor desde la llegada de Mubarak al poder.
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