Juan Palop
Tokio, 25 sep (EFECOM).- El recién nombrado primer ministro de Japón, Yasuo Fukuda, se ha mostrado partidario de reformar la economía, aunque de un modo menos agresivo que el de sus predecesores y matizado con una batería de políticas sociales.
Entre los primeros esbozos que Fukuda ha dibujado sobre sus planes en materia económica destaca su intención de conjugar la lucha contra el crónico déficit público del país con la atención estatal a las crecientes desigualdades sociales, que afectan a jóvenes, ancianos y a las poblaciones rurales.
Desde que presentó su candidatura para suceder a Shinzo Abe al frente del Partido Liberal Demócrata (PLD) el nuevo primer ministro aseguró que, de resultar elegido, mantendría el objetivo propuesto por el antecesor de ambos, Junichiro Koizumi (2001-2006), de alcanzar el equilibrio presupuestario en 2011.
"No podemos volver a la era del gasto indiscriminado", aseguró recientemente para mostrar su posición a este respecto.
Esta decisión es un gesto de continuismo con las reformas estructurales de carácter liberalizador que comenzaron a introducir los dos últimos primeros ministros y difieren de las políticas laxas en materia fiscal practicadas con anterioridad por los ejecutivos nipones.
Asimismo es un mensaje de confianza para el sector privado, que el pasado domingo, nada más conocerse la victoria de Fukuda, ya lo urgió a proseguir con las reformas económicas.
"Queremos que el Gobierno promueva las reformas de forma continuada", afirmó entonces Fujio Mitarai, presidente de la Federación de Empresarios de Japón.
No obstante, Yasuo Fukuda no ha detallado en ningún momento su programa económico y durante la última semana ha resaltado la necesidad de conciliar las reformas con las ayudas sociales, que implican un respaldo presupuestario.
"¿Es aceptable recortar el gasto para afectar negativamente la vida de las personas?", se preguntó Yasuo Fukuda en una rueda de prensa el pasado domingo, tras ser elegido nuevo presidente del PLD.
Entre las directrices básicas apuntadas por el nuevo primer ministro en este sentido está la necesidad de reducir las diferencias entre el campo y la ciudad, que han aumentado de forma drástica en los últimos años.
Las grandes ciudades japonesas concentran en la actualidad a la mayoría de los centros financieros y empresariales del país, mientras que las áreas rurales acusan el progresivo envejecimiento de la población, la emigración de los jóvenes a las ciudades y la desindustrialización.
Las organizaciones locales del PLD han sugerido a la dirección la necesidad de aumentar los presupuestos de las entidades locales, especialmente tras la derrota que sufrió el partido gobernante en las elecciones parciales al Senado del pasado julio.
Fukuda llegó a señalar la posibilidad de una reducción de impuestos para las empresas que decidan instalarse en el medio rural.
Otras de las propuestas del nuevo primer ministro centran su interés en promover medidas de carácter social y de congelar varios recortes de ayudas previstos por el anterior gabinete.
En concreto, Fukuda se ha decantado por una "revisión fundamental" de la ley de ayudas a los discapacitados.
Además, el nuevo primer ministro se ha mostrado a favor de congelar un plan del anterior Ejecutivo que preveía reducir las ayudas para la compra de medicamentos a las personas entre los 70 y los 74 años y limitar las ayudas a las madres solteras, entre otras cuestiones.
No obstante, la puesta en práctica de su estrategia económica se verá condicionada por el desarrollo de su mandato y por la sombra de unas elecciones anticipadas. EFECOM
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