EL CAIRO (Reuters) - Activistas pro democracia en en la plaza Tahrir de El Cairo prometieron el sábado seguir manifestándose hasta que el Consejo Militar Superior, que ahora gobierna Egipto tras la salida de Hosni Mubarak, acepte su agenda de una reforma democrática.
Multitudes exultantes celebraban la renuncia de Mubarak y pedían que las fuerzas armadas cumplieran sus demandas, incluyendo la disolución del Parlamento y la derogación de las leyes de emergencia usadas por el ex líder para aplastar a la oposición y la disidencia.
"Los militares están con nosotros pero deben concretar nuestras demandas. Las revoluciones a medias matan a las naciones", dijo a Reuters el farmacéutico Ghada Elmasalmy. "Ahora sabemos lo que nos corresponde, cuando haya injusticia, vendremos a la plaza Tahrir", aseveró.
Aún está por verse la forma en que el alto mando militar desarrollará por primera vez un proceso democrático en un país cuya historia se remonta al imperio de los faraones hace más de 5.000 años y que vivió un periodo de dura agitación política con una revuelta de apenas 18 días.
En todo Oriente Próximo, los gobiernos autocráticos estaban calculando sus oportunidades de supervivencia después de que Mubarak, de 82 años, se vio obligado a dejar el poder en un terremoto político que ha sacudido la región y causó preocupación en Estados Unidos y sus aliados.
MENSAJE OPTIMISTA
En un comunicado dirigido a aliviar las preocupaciones de Washington e Israel, que firmó un tratado de paz con Egipto en el 1979, las fuerzas armadas dijeron que tenían planes de respetar sus actuales acuerdos internacionales.
En tanto, Arabia Saudí acogió la transición pacífica de poder en Egipto.
En Saná se produjo una protesta de unas 2.000 personas inspirada en la revuelta egipcia, tras enfrentamientos con manifestantes pro Gobierno armados con cuchillos y bastones. En Argel miles de policías detuvieron a opositores del Gobierno que trataban de manifestarse.
El canal de televisión Al Arabiya dijo que los militares cesarán pronto al gabinete y suspenderán el Parlamento. El jefe del Tribunale Constitucional se unirá al consejo superior militar ahora en el poder, que tiene la tarea de administrar el país de 80 millones de habitantes.
Pese a los recelos ante un mandato militar, el mejor elemento de disuasión ante cualquier intento por mantener el control podría ser el poder popular y la energía de los manifestantes en toda la nación, que demostraron a Mubarak que podían convertir a Egipto en un lugar ingobernable.
Se cree que Mubarak se encuentra en su residencia del centro turístico Sharm el-Sheij del Mar Rojo, y su futuro es incierto.
SOLDADOS SONRIENTES
La primera prioridad era establecer la ley y orden antes del comienzo de la semana laboral, que en Egipto se inicia el domingo.
Tanques militares y soldados permanecieron en las calles custodiando intersecciones importantes y edificios del Gobierno, después de que la fuerza policial se viera superada en sus labores.
Dado que la amenaza de una posible confrontación entre los militares y los manifestantes ha desaparecido, los residentes de El Cairo se tomaron fotografías de recuerdo con los sonrientes soldados para registrar el primer día de la era post-Mubarak.
"La Revolución de los Jóvenes obligó a Mubarak a partir", decía la portada del diario estatal Al Ahram. "La Revolución del 25 de enero ganó. Mubarak dejó el poder y el Ejército gobierna", publicó Al Gomhuria, otro periódico oficial.
"Jamás hubiera imaginado que viviría un día como este (...) Sólo espero que el nuevo sistema en Egipto nos beneficie y cumpla nuestros sueños", dijo a Reuters Essam Ismail, un residente de El Cairo. "Aún no puedo creer que esto realmente pasó", añadió.
SIN NELSON MANDELA
La oposición de Egipto se ha visto afectada por 30 años de un mandato de emergencia impuesto por Mubarak tras suceder a Anwar Sadat, asesinado por un oficial militar en 1981, y no había un personaje tan evidente como Nelson Mandela o Lech Walesa liderando la revolución egipcia.
Muchos querían ver el fin inmediato de las leyes de emergencia.
"Creo que lo mínimo que el pueblo egipcio merece después de lo que hizo es vivir sin leyes de emergencia", dijo Hafez Abou Saeda, de la Organización Egipcia de Derechos Humanos.
"También espero que el Parlamento y el consejo de la shura sean disueltos pronto, dado que todos sabemos que se instituyeron falsamente y que no representan al pueblo egipcio", sostuvo.
Activistas también querían la formación de un Gobierno transitorio para que se llevaran a cabo elecciones en menos de nueve meses, la creación de partidos políticos, el fin de las cortes militares y la libre expresión mediática.
Entre los líderes posibles estaba Ayman Nour, quien desafió a Mubarak en la última elección presidencial y más tarde fue acusado de falsificación y encarcelado por tres años.
El secretario general de la Liga Arabe, Amr Moussa, un ex ministro de Asuntos Exteriores egipcio, a menudo ha contado con apoyo árabe por sus comentarios directos. Moussa dijo el viernes que dentro de unas semanas dejaría la institución árabe que ha encabezado por alrededor de 10 años.
También existen algunas figuras populares entre los Hermanos Musulmanes y otros partidos de oposición. Pero de todas formas aún no está claro si alguno de estos jóvenes líderes anónimos detrás de la bien organizada revuelta querría o podría postular a la presidencia.
Otro probable candidato es Mohamed ElBaradei, diplomático veterano, ganador del premio Nobel de la Paz y activista opositor que empezó el año pasado una campaña prodemocracia para terminar con el régimen de Mubarak.
Consultado el viernes si se presentaría a la presidencia, dijo que el asunto no estaba en su mente.
Relacionados
- Egipto. chaves reitera el apoyo del gobierno a la "pacífica revolución" en egipto
- Túnez/Egipto.- Túnez felicta al "pueblo hermano egipcio" en nombre de "la revolución por la libertad y la dignidad"
- La revolución de los jóvenes hizo caer al régimen, destaca la prensa egipcia
- Triunfa la revolución contra el régimen de Mubarak
- Hamás celebra la "victoria de la revolución"