El AVE resultó en 2010 un servicio rentable por primera vez, al aportar a los servicios comerciales de Renfe Operadora, junto con el negocio de Larga Distancia, 2,5 millones de euros de beneficio, gracias sobre todo a la contención del gasto, ya que el número de usuarios se mantuvo respecto al año anterior.
En 2009, los servicios de Alta Velocidad y Larga Distancia dieron unas pérdidas de 24,8 millones de euros, indicó hoy el presidente de Renfe, Teófilo Serrano, en una rueda de prensa en la que presentó las cifras provisionales del cierre de 2010.
Los datos provisionales apuntan a un resultado negativo de 155,7 millones de euros para el conjunto de la compañía en 2010, con lo que Renfe reduciría las pérdidas un 27,4 % frente al ejercicio anterior, cuando fueron de 214,6 millones.
La mejora del resultado de Renfe en el área de Alta Velocidad-larga Distancia el año pasado coincide con el primer ejercicio sin aportación pública del Estado, recalcó Serrano.
El presidente de Renfe recordó que en diciembre de 2009 entró en vigor el reglamento europeo que establece las reglas para que los estados definan los servicios de transporte que quieren garantizar por razones de eficiencia energética, social y económica, por lo que los servicios de alta velocidad y larga distancia deben autofinanciarse y "no pueden recibir subvenciones".
Serrano aseguró que todas las líneas de alta velocidad consiguieron resultados positivos, lo que no ocurrió con los servicios comerciales que, como los de larga distancia convencionales y los de carga, siguen arrojando números rojos.
Los ingresos del área ascendieron a 1.108 millones de euros, un 0,7 % más que en 2009, pese a que el número de pasajeros no se incrementó, debido a que la demanda aún está debilitada por la crisis, y fue similar al de 2009, situándose entre 13 y 14 millones de usuarios.
Así mismo, el resultado bruto de explotación (EBITDA) del área fue de 167,7 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 23,4 % respecto a 2009.
Los gastos operativos se redujeron en un 2,5 %, hasta los 941 millones de euros, obteniendo la principal contención en las partidas destinadas a la prestación de servicios a bordo y personal que se redujeron un 12,9 % y un 9,4 %, respectivamente.
La partida más importante en lo que al gasto se refiere correspondió al pago del canon de infraestructuras a Adif por el uso de estaciones y de línea, que en 2010 supuso 244 millones de euros en Alta velocidad-Larga distancia.
Sólo para el área de alta velocidad el canon fue un 30 % de los ingresos de los servicios, equivalente a unos 205 millones de euros.
La tarifa media europea más baja
Los ingresos obtenidos se correspondieron, sobre todo, con los de tráfico, siendo el precio medio de un billete de un trayecto de 400 kilómetros en líneas de alta velocidad de 75 euros, la tarifa media "más baja de Europa y la segunda, detrás de Corea, del mundo", destacó Serrano, ya que "la tarifa media en Francia es de 77,41 euros, en Italia de 83,58 euros, en Japón de 96,51 euros y en Alemania, la más cara, al alcanzar 137,88 euros", agregó.