Barcelona, 19 sep (EFECOM).- La fábrica de Tecnoconfort, proveedor de estructuras de asientos de modelos de Seat y Volkswagen afincado en la Zona Franca de Barcelona, cerrará en 2009, lo que afecta al conjunto de la plantilla, integrada por unas 350 personas, según han informado a Efe fuentes sindicales.
El cierre responde a la decisión de Seat de adjudicar la estructura de los asientos del nuevo Ibiza, que se empezará a fabricar a mediados de 2008, a otro proveedor para reducir los costes de producción, lo que dejará sin carga de trabajo a la factoría barcelonesa en poco más de un año.
Tecnoconfort es una empresa participada por el grupo francés Faurecia y por Aunde que se dedica a la fabricación de las estructuras de los asientos de los modelos Ibiza, Córdoba (Seat) y Polo (Volkswagen).
Se da la circunstancia de que Faurecia, uno de los socios en Tecnoconfort, se ha adjudicado el pedido de Seat, aunque las exigencias de rebaja de los costes han obligado al grupo francés a planificar la producción en una planta de Sao Joao da Madeira, en Portugal, en vez de en la fábrica de la Zona Franca, donde las condiciones de la plantilla están algo por encima de las del convenio provincial del metal.
Según las mismas fuentes, Aunde, el otro socio en Tecnoconfort, descartó aportar más carga de trabajo a la planta de la Zona Franca para garantizar la continuidad de la actividad, ya que la factoría acumula pérdidas por valor de 30 millones de euros en los últimos cinco años.
Los representantes de la plantilla, que empezaron a negociar esta semana con la dirección de la compañía, dan por hecho el cierre paulatino y aseguran que es eso lo que están negociando en la actualidad.
Sin embargo, fuentes de la compañía han reconocido que no existe carga de trabajo más allá de 2009, pero han comentado que en la mesa de negociación sólo se aborda una salida de trabajadores para adaptar la plantilla a una "decreciente producción", sin detallar si la fábrica cesará su actividad a partir de ese año.
Se trata de un nuevo revés en un sector que atraviesa por una situación complicada en Cataluña y en España debido a la exigencia generalizada de reducción de costes entre los constructores, como quedó patente en el cese de la actividad en la factoría de SAS en Abrera (Barcelona) o en el anuncio de cierre de la de GDX en Palau-Solità i Plegamans (Barcelona).
Faurecia cuenta, entre otras, con otra fábrica en Abrera que no se verá afectada por la situación en las instalaciones de la Zona Franca. EFECOM
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