
SABADELL
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Banco Sabadell y CatalunyaCaixa han reemprendido las conversaciones para realizar una integración de sus negocios financieros. Ambas entidades, reticentes a dar su brazo a torcer respecto a la valoración de la caja de ahorros, han reemprendido los contactos a instancias de la Generalitat catalana, que no ve con buenos ojos la entrada del Gobierno del Estado en el capital de la caja a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ya que se trataría de una nacionalización de la segunda caja de ahorros autonómica y de una pérdida de influencia financiera. Fernando Casado dejará la presidencia de CatalunyaCaixa tres meses después de tomar posesión.
La administración considera que la salida de Caixa Penedés y Laietana, integradas en bancos no catalanes, ya es suficiente y que ahora hay que hacer un esfuerzo para conseguir un segunda grupo financiero por detrás de La Caixa.
Oficialmente, tanto Banco Sabadell como CatalunyaCaixa niegan la existencia de negociaciones formales. Sin embargo, otras fuentes confirman los contactos para intentar alcanzar un acuerdo sobre el precio de la operación.
Sabadell (SAB.MC) parte de la premisa de que actualmente la caja no tiene valor alguno, ya que tiene un agujero que hay que cubrir y, tal como dijo su presidente Josep Oliu la semana pasada, "es preferible esperar seis meses" antes de hacer ninguna operación.
Por su parte, CatalunyaCaixa pretende hacer valer su tamaño (unos 85.000 millones en activos frente a los 95.000 millones del Sabadell) para conseguir una mejor valoración en el caso de aportar su negocio financiero al nuevo banco. En caso contrario, su director general Adolf Todó prefiere acudir al FROB para crear un banco y recapitalizarse. En una entrevista a TV3, Todó reconocía que busca "un accionista temporal estable y de referencia" y que "lo más natural es que nosotros acabemos siendo un banco".
Según las mismas fuentes, las valoraciones que se manejan están determinadas por las ayudas que reciba CatalunyaCaixa por parte del Estado. Por el momento, la caja había hecho una solicitud formal al Banco de España de 1.032 millones de euros en concepto de préstamo del FROB.
Sin embargo, esa cantidad, que ya estaba pactada con el Banco de España, es manifiestamente insuficiente para que CatalunyaCaixa, que actualmente cuenta con un capital básico (core capital) del 6,7 por ciento, se aproxime al 9 ó 10 por ciento que reclamará el Gobierno a las cajas de ahorros que no coticen.
Según algunas estimaciones, las ayudas que podría necesitar la caja se situarían entre los 1.500 y 2.000 millones de euros. Ese importe se convertiría en capital de un nuevo banco, al que CatalunyaCaixa aportaría todo su negocio financiero y, a cambio, el Banco de España contaría con varios miembros dentro del consejo de administración. Fuentes de la entidad reconocieron ayer que están esperando la publicación del decreto de reforma de las cajas anunciado por la ministra de Economía, Elena Salgado, para recalcular el importe necesario en la recapitalización.
Es justamente ese importe de recapitalización el que estaría dispuesto a admitir Banco Sabadell como precio base para negociar la toma de control del nuevo banco de la caja. El banco que preside Oliu tomaría una participación de control (entre el 60 y el 90 por ciento del capital ) y negociaría el paquete que se quedaría la caja, siempre minoritario.
Sabadell también reclama el denominado "sistema de protección de pérdidas", un mecanismo que ya ha sido utilizado por la caja vasca BBK en la compra de Cajasur y por CajaAstur en la toma de control de Caja Castilla La Mancha (CCM). Se trata de un sistema que protege al comprador de posibles agujeros no detectados, de tal forma que es el Estado quién se responsabiliza de las pérdidas a medida que éstas se descubren. Este sistema, sin embargo, sólo se concede en operaciones sobre entidades intervenidas.
La salida de Fernando Casado
CatalunyaCaixa matizó ayer las informaciones que sitúan al actual presidente de la entidad, Fernando Casado, fuera de la misma. Según fuentes oficiales, Casado se encuentra en estos momentos "liderando el proceso de bancarización de la caja" y que, en el caso que el consejo de la entidad y la asamblea lo aprueben, "los cambios en los órganos de gobierno serán muy importantes" y la figura del presidente de la caja, que según la ley catalana de cajas no tiene funciones ejecutivas, tendría difícil encaje. Las mismas fuentes descartaron que Casado tenga intención de dimitir de su cargo.