
El Grupo Banco Financiero y de Ahorros (BFA), que aglutina a Caja Madrid, Bancaja y otras cinco entidades, planea utilizar la ficha bancaria de Banco Valencia para sacar el SIP a bolsa. Los títulos de la entidad cotizada reaccionan con fuertes subidas.
El proyecto se ha precipitado tras el anuncio público de Salgado, la semana pasada, de las nuevas exigencias de recapitalización de las cajas de ahorros, a las que se penaliza con hasta dos puntos adicionales en su solvencia si no son bancos cotizados.
Así lo reconoció ayer el presidente del grupo, Rodrigo Rato, que explicó que "es intención del banco salir a bolsa para cumplir los niveles de core capital del Gobierno".
El SIP que lidera Caja Madrid aprovecharía la circunstancia de contar ya con un banco que cotiza entre sus participadas para transpasar su actividad financiera y de esta forma cumplir con el plan gubernamental. Una reestructuración parecida, aunque algo más complicada, ya fue anunciada la semana pasada por La Caixa.
La idea es que Banco Valencia, que ahora cuenta con el SIP como su máximo accionista con un 38% de capital, recibiera los negocios financieros y, tal vez, parte de su cartera industrial. Esta circunstancia multiplicaría la valoración del banco valenciano, cuya capitalización actual ronda los 1.700 millones de euros, que realizaría después una ampliación de capital con el objetivo de pasar cómodamente del 8 por ciento de core capital, el marcado cómo mínimo por el Gobierno.
Según los cálculos de la entidad, para alcanzar este porcentaje sería necesario captar unos 2.000 millones de euros, por lo que la cifra que manejan, para dejar a la entidad cierto margen de holgura, sería de unos 2.500 millones.
De ellos, y para cumplir con los requerimiento de la CNMV, que exigirá un 25 por ciento dirigido a inversores institucionales, unos 700 millones se ofrecerá a este tramo.
Según explicó Rato, BFA iniciará en el mes que arranca hoy los trámites para su salida a los mercados, lo que podría materializarse, teniendo en cuenta todos los trámites preceptivos, en abril o mayo.
El presidente también afirmó que había contactado con inversores interesados, algo que confirman también fuentes del mercado que aseguran que la entidad, desde el día siguiente al anuncio de Salgado ha recibido llamadas de varios fondos soberanos, capital riesgo y gestoras de bancos internacionales.
En el diseño de la operación también está previsto que el grupo controle menos de un 50 por ciento del banco cotizado, un porcentaje que podría rondar el 40 por ciento.
BFA, según aseguran fuentes financieras, ya habría comunicado sus planes tanto al Banco de España como al Gobierno de la Comunidad de Madrid, de los que habría recibido, a falta de conocer los detalles concretos, el visto bueno.
La valoración contable del grupo se sitúa, según explicó Rato, en 10.660 millones de euros.
El presidente del banco también afirmó, sobre la próxima salida a bolsa y la reorganización del grupo, que aún no tiene decidido si formar un banco malo es decir, una filial que aglutine los activos más problemáticos, algo parecido a lo ideado por La Caixa, que apartará en una firma no cotizada sus activos inmobiliarios.