Fráncfort (Alemania), 18 sep (EFECOM).- El Gobierno alemán, las empresas y los trabajadores del sector automovilístico germano reclamaron hoy que la regulación europea de emisiones de dióxido de carbono (CO2) para los automóviles establezca un máximo distinto según el tipo de vehículo.
En un congreso sobre el futuro de la industria automovilística alemana, organizado con motivo del Salón Internacional del Automóvil de Fráncfort (IAA), el ministro alemán de Transportes, Wolfgang Tiefensee, afirmó que todos los fabricantes deben reducir las emisiones de sus vehículos, también los de automóviles pequeños que ya se atienen a los topes previstos por la Comisión Europea (CE).
La CE prepara actualmente una directiva que obligará a la industria automovilística a reducir las emisiones de CO2 de todos los vehículos fabricados a partir de 2012 hasta 120 gramos por kilómetro.
En la inauguración del Salón la canciller alemana, Angela Merkel, también mostró a la industria automovilística europea el apoyo del Gobierno alemán en la disputa con la UE por las emisiones de CO2.
Merkel apoyó claramente las reivindicaciones de los productores germanos al pedir también a la UE que los máximos de reducción de emisiones de CO2 deben repartirse de manera justa entre los diferentes segmentos.
Tiefensee explicó que uno de cada siete empleos en Alemania depende del sector del automóvil y agregó que el Ejecutivo hará "todo lo posible para proteger estos empleos y crear más", para lo que invertirá en los próximos años en nuevas tecnologías que permitan a la industria ceñirse a la nueva normativa comunitaria.
El presidente de la Asociación Alemana de la Industria Automotriz (VDA), Matthias Wissmann, señaló que es necesario que exista un máximo diferenciado para los vehículos en función de su tamaño, que permita asegurar el éxito de la industria alemana en el futuro.
"Si los 50 modelos con las mayores emisiones de CO2 redujeran su consumo en un 20 por ciento, se ahorraría un 0,4 de las emisiones globales de CO2. En cambio, si los 50 modelos más vendidos reducen su consumo en un 20 por ciento, se produciría una bajada de las expulsiones de CO2 del 14 por ciento", subrayó Wissmann.
El presidente del consorcio automovilístico Volkswagen, Martin Winterkorn, propuso que se fije el máximo de emisiones de CO2 en función del peso de cada vehículo.
Por su parte, el responsable del sindicato alemán IG Metall, Jürgen Peters, reclamó que se establezcan topes de emisiones contaminantes "realistas" para las distintas gamas de vehículos y que se tenga en cuanta también las expulsiones del transporte por ferrocarril y aéreo.
Con respecto al futuro de la industria automovilística alemana, el director de General Motors en Europa, Carl-Peter Foster, previó que Alemania no producirá vehículos en masa en el futuro, sino que se especializará en sectores determinados, como el tecnológico.
Al mismo tiempo, Foster destacó que en los próximos diez años Alemania deberá invertir en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías para no perder su posición frente a países como EEUU y Japón.
Por su parte, Tiefensee dijo que la industria del automóvil alemana deberá mejorar las tecnologías para las baterías de motores eléctricos y de hidrógeno e impulsar el uso de carburantes sintéticos. EFECOM
mja/aia/prb