Empresas y finanzas

Un documental denuncia la influencia de las empresas en la justicia de EEUU

Un documental realizado por una abogada revela en Sundance cómo las grandes empresas estadounidenses gastan millones de dólares cada año para obstruir el acceso de los ciudadanos a los tribunales, limitar las condenas o influenciar a los jueces.

Denominado "Hot coffee" (Café caliente) -en referencia al célebre proceso en el cual McDonald's fue condenado a pagar más de 2,8 millones de dólares a una mujer que se quemó con un café hirviendo- el primer documental de Susan Saladoff compite en el festival del cine independiente, que se desarrolla hasta este domingo en la estación de sky de Park City, en Utah (oeste de EEUU).

Abogada desde hace 25 años, Susan Saladoff muestra de forma muy clara y didáctica cómo las grandes corporaciones estadounidenses se pusieron en pie de guerra tras el proceso contra McDonald's, en 1994, para hacer aprobar con éxito leyes que limitan las demandas.

Bajo el pretexto de poner freno a la "justicia de lotería" y a la "lotería legal" -términos difundidos por sus grupos de presión, según la realizadora- "las empresas quieren que los ciudadanos abandonen su derecho a la justicia para tener mayores beneficios", dijo Saladoff a la AFP.

En base a campañas de millones de dólares, los grandes grupos han logrado obtener también, en numerosos estados norteamericanos, un tope a los daños e intereses en caso de condenas, quitando de hecho a los jurados populares su derecho fundamental a determinar el monto de las indemnizaciones.

Pero Saladoff muestra que la influencia de los grupos económicos sobre la justicia adopta diferentes formas, como la de los "arbitrajes obligatorios", que florecen particularmente en los contratos de telefonía móvil o de tarjetas de crédito, en los cuales el consumidor acepta que toda eventual diferencia legal sea resuelta mediante arbitraje y no ante los tribunales.

"Mucha gente piensa que eso nunca va a suceder", señala Saladoff. "Pero cuando eso sucede realmente, usted ha renunciado a sus derechos. Y no es justo que la compañía o la sociedad que usted demanda escoja y pague a la persona que va a decidir quien pierde o gana", advirtió. Además, "el procedimiento es sin apelación, y se realiza a puertas cerradas".

Más inquietante aún, en un país donde una mayoría de los Estados hacen elegir a sus jueces por la población, las empresas pueden gastar fortunas para apoyar la elección de magistrados que les sean favorables en casos de demandas, o arruinar la carrera de aquellos considerados como demasiado imparciales.

"La gente no sabe de dónde vienen esas gigantescas sumas de dinero. Piensan que son de grupos de ciudadanos, pero ignoran que se trata en realidad de fachadas de las grandes corporaciones", señala Saladoff.

El documental da la palabra a varias víctimas del sistema y termina con un llamado a la movilización de los estadounidenses. "Sabemos que los políticos son influenciados por el dinero. ¿Y quién financia sus elecciones? ¡Las grandes empresas!", subraya Saladoff. "La única manera de cambiar las cosas es si nosotros, los ciudadanos, reaccionamos individualmente", precisó.

"Podemos apelar al Congreso, escribir cartas, decir no, votar. Y debemos parar de firmar contratos con claúsulas de arbitraje obligatorio", advirtió. Una ley, que regula fuertemente a los arbitrajes, está actualmente en discusión entre los legisladores estadounidenses. "Pero con nuestro nuevo Congreso republicano, no sé dónde va a terminar esta ley", precisó la abogada cineasta.

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