Empresas y finanzas

Llamamiento a la calma

Carlos Serrano-Conde

Madrid, 15 sep (EFECOM).- A medida que pasan las semanas parece más claro que la crisis generada en Estados Unidos por las llamadas "hipotecas basura" toca solo de soslayo a Europa, lo que no significa que no entraña riesgos.

Por eso, las autoridades económicas y monetarias, y también algunos de los principales agentes económicos, están empeñados en lanzar continuos mensajes de confianza a los mercados y a los consumidores.

Los ministros de Finanzas de la zona euro (Eurogrupo) se reunieron ayer y esta mañana en Oporto (Portugal), en su primer encuentro para analizar esta crisis que, de momento, se está quedando en el ámbito de los mercados financieros.

Tras su análisis, el Eurogrupo ha constatado la fortaleza de la economía de la Unión Europea, aunque ha admitido la existencia de ciertos peligros.

En principio, no hay por qué temer -dicen-, porque la economía europea está en un proceso de crecimiento sostenido que continuará pese a las turbulencias que se viven en los mercados.

El vicepresidente segundo del Gobierno español, Pedro Solbes, se mostró también "relativamente optimista" sobre la situación económica en Europa, a pesar del contexto de incertidumbre en los mercados financieros.

Además, Solbes aseguró a sus socios que el modelo hipotecario español "no tiene nada que ver con el estadounidense" y que la economía española no afronta ningún riesgo en ese ámbito.

La solidez de los fundamentos de la economía europea no ha impedido, sin embargo, que la Comisión haya revisado a la baja su previsión de crecimiento para 2007, precisamente por el efecto de la crisis hipotecaria.

El Ejecutivo a Comisión Europea (CE) recortó una décima sus previsiones, tanto para la eurozona, cuyo PIB aumentará el 2,5%, como para la Unión Europea (UE), que lo hará el 2,8%.

Para España, sin embargo, las cosas no empeoran. La CE mantiene su anterior previsión, que fijaba en el 3,7 por ciento el aumento del PIB español en este ejercicio, si bien cree que la inflación se acelerará ligeramente por el encarecimiento del crudo.

El precio del petróleo ha mostrado esta semana un elevado grado de volatilidad que ha hecho que el Texas superara los 80 dólares por barril y el Brent aumentara, aunque sin llegar a máximos.

Y ello pese a que la OPEP decidió el martes aumentar su producción en 500.000 barriles diarios a partir del próximo 1 de noviembre, pese a que no prevé variación en la demanda de este producto.

Menos mal que para pagar la factura del petróleo contamos con un euro fuerte que, si bien perjudica las exportaciones, permite que la economía europea no note en toda su crudeza el encarecimiento de este producto.

El miércoles, el euro batió un récord frente a la divisa estadounidense tras superar los 1,39 dólares por las expectativas de que bajen los tipos de interés en EEUU y se reduzca su diferencia con los de la zona del euro.

Cuantos más dólares podamos comprar con un euro, menos euros tendremos que pagar por un barril de petróleo.

Y de vuelta a la inflación, el jueves supimos que los precios subieron en agosto una décima en España, pese a lo cual la tasa de inflación interanual se mantuvo en el 2,2 por ciento.

Los precios de los alimentos se encarecieron el 0,3 por ciento, empujados en parte por las subidas del pan y de la leche.

Algunas asociaciones de fabricantes de alimentos y productos manufacturados han advertido en las últimas semanas de que se avecinan subidas importantes de productos tan básicos en la cesta de la compra como el pan, la leche y los huevos, debido a la carestía de los cereales y piensos.

Pero estas advertencias, aparte de llamar la atención de consumidores y medios de información, no han pasado desapercibidas para la Comisión Nacional de Competencia.

Su presidente, Luis Berenguer, anunció el miércoles que la Comisión estudia si esos fabricantes han incurrido en conductas contrarias a la competencia al advertir de que estos productos van a encarecerse por el alza de las materias primas.

Berenguer, que precisó que aún no se ha iniciado procedimiento alguno, teme que dichas declaraciones traten en realidad de "lanzar un aviso a navegantes" o el mensaje a los fabricantes del ramo de que encarezcan sus productos, lo que podría ser una manera "sofisticada" de infringir la normativa de competencia para influir en la fijación de precios.

Habrá que centrar la atención en este aspecto en las próximas semanas y esperar el resultado de este análisis, eso sí, con la cartera bien agarrada, no sea que vuele al ir a la panadería un día de estos. EFECOM

cs/lgo

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