La búsqueda de oportunidades de financiación en Nueva Rumasa ha llevado ahora a la familia Ruiz-Mateos a tierras transalpinas.
Según informó ayer la compañía, el propio patriarca del clan, Jose María Ruiz Mateos, ha viajado durante esta semana a Italia para acometer una cadena de reuniones con diferentes bancos y fondos de inversión que estarían interesados en participar en algunas de las sociedades del holding de la abeja.
Entre estos encuentros destaca el mantenido ayer con la hija del propio primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, que es a su vez la presidenta del conglomerado empresarial de la familia, Finivest. Marina Berlusconi, que así se llama la hija del político italiano, estuvo acompañada por el consejero delegado del grupo, Pasquale Cannatelli, mientras que el empresario español acudió a la cita con sus hijos Begoña, su yerno Antonio y José María, este último consejero delegado de Nueva Rumasa.
Poco se sabe de los temas tratados en dichas reuniones, aunque según la propia compañía española, "el encuentro con Fininvest ha servido para intensificar las relaciones entre ambas compañías, buscar y estudiar oportunidades de negocio". En este sentido, Rumasa explicó que en los próximos meses esperan cerrar algún acuerdo de colaboración.
Diferentes acciones
La compañía propiedad de la familia Ruiz-Mateos, dueña de marcas como Clesa, Dhul o Cacaolat entre otras, anda inmerso durante estos meses en plena búsqueda de oportunidades que le permitan alcanzar la financiación suficiente para acometer nuevos proyectos. Además de intentar reducir su carga salarial, ha vendido ya un 5 por ciento de la marca de batidos Cacaolat (quiere desprenderse de otro 20 por ciento), ha puesto en marcha una ampliación de capital en Clesa para buscar inversores y negocia la venta de una serie de inmuebles.
En este sentido, Rumasa está también tratando la venta con varios fondos de inversión de tres centros de Carcesa y varios hoteles de su firma Hotasa para quedárselos después en régimen de alquiler y reservarse una opción de compra posterior. Su intención, según la propia compañía, es conseguir con esta maniobra alrededor de 150 millones de euros. A todas estas operaciones habría que sumar también otras seis emisiones de pagarés puestas en marcha desde 2009, que prometen una rentabilidad anual de entre el 8 y el 10 por ciento.
Durante las últimas semanas, varios proveedores de Nueva Rumasa han mostrado su malestar por el retraso en los pagos, de ahí la urgencia por encontrar liquidez.