Empresas y finanzas

Los retos de las empresas para poder lograr un año en positivo

Imagen de Getty.

Las empresas españolas han puesto las bases para la recuperación. Algunos sectores como la energía y las telecomunicaciones cuentan con su fuerte internacionalización para reforzar sus balances, mientras constructoras e inmobiliarias tratan de hallar la fórmula mágica que les ayude a salir de la crisis.

El sentimiento empieza a calar y se incorpora a las previsiones del año que acaban de comenzar: lo peor de la crisis ha pasado. Y ahora ¿qué? Ahora toca crecer, expandirse y aprovechar las oportunidades de un mercado en el que se pueden encontrar puntos de apoyo a través de los que se puede cimentar el crecimiento de un sector financiero y empresarial que ha soportado, con relativa entereza, los años de plomo de la crisis.

Pero la alegría va por barrios. Aquellos sectores que han apostado por la salida al exterior, por la diversificación y la menor asunción de riesgos son los que afrontarán con mayor fortaleza una nueva etapa que para el resto supondrá la última oportunidad para recuperar el terreno perdido y volver a crecer.

Pese a las quejas con las que despidieron la década, el sector energético es uno de los mejor preparados para afrontar el nuevo ejercicio que ahora comienza. Con una subida de la tarifa eléctrica que se sitúa en el 10 por ciento, comienza a saldarse parte de una vieja deuda que se mantenía con las empresas del sector: el déficit tarifario. La diferencia entre lo que se paga por la electricidad y lo que cuesta producirla recibe, al fin, un poco de luz no sin críticas. Mientras, el Gobierno ha dejado medio a oscuras al sector de las renovables que arranca en 2011 con un histórico recorte de las primas a las renovables y que será el principal caballo de batalla.

La siempre denunciada inestabilidad regulatoria del sector energético no ha disuadido a las constructoras de apostar por uno de los negocios más estables de la economía española. Acciona y su apuesta por las renovables, la intención de FCC de desarrollar su negocio energético y la apuesta de OHL no son comparables a las aspiraciones de ACS por crecer en un sector en el que pretende ser punta de lanza a través de sus adquisiciones en Iberdrola: ya controla el 20,2 por ciento y quiere llegar al 25 por ciento.

A la vez se mantiene el pulso entre Sacyr y Repsol, donde la constructora estará muy atenta al dividendo que le dé la petrolera. Ésta sería una de las vías de financiación a las que podrá recurrir el sector para mitigar el efecto del frenazo inversor de la Administración en infraestructuras. Menos alternativas tiene el sector inmobiliario que, pese al duro ajuste de empresas y de negocio que ha vivido en los dos últimos años del cierre de la década, seguirá sufriendo una atonía que, por el momento, no parece tocar techo.

Más halagüeño se ve el futuro de las telecomunicaciones y, en especial, para Telefónica. La operadora que preside César Alierta tiene ante sí el reto de liderar el proyecto empresarial de Vivo en Brasil tras su compra, con inversiones en infraestructuras de red de tercera generación (3G). Pero no es ése el único país de Latinoamérica en el que la operadora aprovechará para compensar el estancamiento de su negocio en España.

Mirada a China

Pero no es el único frente abierto, Telefónica también tiene el reto de completar la toma del 10 por ciento del capital de China Unicom. Mientras, el principal competidor de la operadora en España, Vodafone, arranca el año con un nueva estructura en la que Francisco Román consolida su peso.

Pero si 2011 se puede calificar como el de altos vuelos la prueba está en la nueva Iberia British que comenzará a volar como una sola compañía, en un momento en el que sector avanza hacia una lenta reestructuración. Aena comenzará a ser privatizada y las torres de control liberalizadas, mientras que el AVE sigue a toda velocidad con su expansión sentando las bases para llegar a Galicia y Extremadura... el próximo año.

Mientras, la hostelería tendrá que mantener las ventas pese a la ley antitabaco y lograr además que se cumpla. Su lucha es similar a la que los fabricantes de alimentación y gran consumo libran con la marca blanca, aunque el final sea más incierto.

De muchas de esas noticias se harán eco los grupos mediáticos que tras el proceso de consolidación en la televisión ha puesto bajo el paraguas de Telecinco a Cuatro, a la vez que se busca el cobijo para La Sexta en Antena 3, en medio de una dura guerra comercial. Y con la única alegría de la mejora del turismo, que ha presentado una datos halagüeños y que puede convertirse en la punta de lanza de una recuperación necesaria, pero que será, sin duda, lenta.

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