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Ben Ali cesa al Gobierno mientras aumenta la violencia en Túnez

TÚNEZ (Reuters) - El presidente de Túnez, Zine al Abidine Ben Ali, cesó el viernes al Gobierno y convocó elecciones legislativas anticipadas para dentro de seis meses, en un esfuerzo cada vez más desesperado por contener la peor ola de violencia popular de sus dos décadas en el poder.

Las autoridades declararon el estado de emergencia y un toque de queda nocturno. Las reuniones de más de tres personas estaban prohibidas y la televisión advirtió que "se usarán las armas" si no se obedecen las órdenes de las fuerzas de seguridad.

Estos anuncios hechos en televisión se produjeron mientras la policía lanzaba gases lacrimógenos y disparaba para intentar dispersar a una multitud en el centro de Túnez, que solicitaba la inmediata dimisión del veterano mandatario pese a su promesa de dejar el poder en 2014.

Dos fuentes médicas y testigos dijeron el viernes que 12 personas murieron en enfrentamientos durante la noche en Túnez capital y en la ciudad de Ras Jebel, en el norte del país.

Antes de que se conocieran estas muertes, la cifra oficial de fallecidos durante la violencia era de 23 personas, pero la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), con sede en París, dijo que tenía los nombres de 66 fallecidos.

El presidente de 74 años anunció en un discurso televisado el jueves por la tarde que no se presentaría a un sexto mandato en 2014, como estaba previsto, tras un mes de protestas violentas por el desempleo, la represión y la corrupción.

Aunque los problemas de Túnez los comparten otros países de la región, la última ola de descontento surgió cuando la policía evitó que un universitario en paro vendiera fruta sin licencia y éste se quemó a lo bonzo, muriendo poco después a causa de las quemaduras.

Ben Ali, que está en el poder desde 1987, hizo importantes concesiones en su discurso, anunciando que las fuerzas de seguridad no dispararán más contra los manifestantes y prometiendo libertad de prensa y fin de la censura en Internet. También dijo que se recortarían los precios del azúcar, la leche y el pan.

El viernes, la televisión estatal hizo el siguiente anuncio: "El presidente ha decidido cesar a su Gobierno y celebrar elecciones legislativas en seis meses". No aportó más detalles.

Pero las protestas continuaron en la capital y otras ciudades. Cerca de 8.000 personas se manifestaron a las afueras del Ministerio del Interior, en el centro de la capital, pidiendo la dimisión del presidente y llamándolo "asesino".

Después de que la policía lanzase gases lacrimógenos y utilizase sus porras, una multitud de jóvenes se retiraron un poco del edificio y comenzaron a lanzar piedras a los agentes, que respondieron con más granadas de gases lacrimógenos. Algunos periodistas escucharon disparos en las inmediaciones.

Para los manifestantes, la promesa de Ben Ali de dimitir y bajar los precios de los alimentos esenciales no era suficiente. "No queremos pan u otra cosa, queremos que se marche", coreaban. "Después comeremos lo que tengamos".

La confederación sindical UGTT pidió una huelga general, que analistas dijeron que pondría a prueba si el presidente había conseguido calmar la ira del pueblo con su discurso.

EVACUACIÓN

Varios países, como Reino Unido y Estados Unidos, han aconsejado a sus ciudadanos que no viajen a Túnez, poniendo en peligro el turismo, alma económica del país.

El operador de vacaciones Thomas Cook dijo el viernes que estaba evacuando a casi 4.000 turistas alemanes, británicos e irlandeses y la agencia TUI Travel dijo que iba a fletar aviones para los que quisieran volver e iba a cancelar su próximo vuelo el domingo.

Ben Ali, el sexto jefe de estado de Túnez desde su independencia de Francia, fijó la fecha de su marcha en un emotivo discurso tras semanas de mortales enfrentamientos entre manifestantes y policías.

El portavoz de la ONU Rupert Colville dijo que estaban preparados para participar en la investigación de las muertes.

"Hemos dejado claro que creemos que tiene que haber investigaciones. Un gran número de personas han muerto y acusaciones muy serias sobre la forma de estas muertes", dijo Colville en una sesión informativa en Ginebra.

Muchos de los participantes en las protestas dijeron que estaban hartos del desempleo, la falta de libertad y el enriquecimiento de una pequeña élite.

No hay un candidato obvio a sustituir a Ben Ali, que ha dominado la vida política en Túnez y apartado a sus rivales desde que se hizo con el poder en 1987, al declarar al líder de la independencia, Habib Burguiba, médicamente incapaz para ser presidente.

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