
Lejos de afectar negativamente, la masacre de Tucson (Ariziona), que dejó 6 muertos, 14 heridos y a la congresista demócrata Gabrielle Giffords en situación crítica, ha relanzado las ventas de las pistolas Glock como la utilizada durante el tiroteo.
Greg Wolff, un dueño de dos tiendas de armas en Arizona, asegura a la agencia estadounidense Bloomberg que "estamos al doble del volumen habitual" de ventas de la popular Glock, que cuesta alrededor de 499 dólares.
Un factor clave para disparar las ventas ha sido el debate que ha generado sobre la debilidad de las leyes para conseguir armas, lo que ha alentado a los compradores a ir a las tiendas temiendo alguna clase de prohibición.
"Cuando algo así pasa, la gente se preocupa de una posible prohibición por parte del Gobierno", explica Wolff.
El resultado de la matanza es que la demostración pública de la efectividad de la Glock 19 (el modelo utilizado) ha disparado sus ventas alrededor del país, según la agencia estadounidense.
Pero no sólo de Glock, que se fabrican en Austria, se han disparado las ventas. El pasado 10 de enero, en Arizona se vendieron 263 pistolas, frente a las 164 del mismo día del año anterior, según los datos del FBI.
En otros estados, las ventas han subido igualmente: un 65% en Ohio , un 38% en Illinois, un 33% en Nueva York y un 16% en California. En el conjunto del país lo hizo un 5%, hasta 7.906 pistolas en un día.
La congresista Gabrielle Gliffords defiende el uso de las armas y ella misma poseía una Glock de 9 milímetros. Seung Hui-Cho, el protagonista de la matanza de Virginia Tech en abril de 2007. Entonces, las ventas de armas también se dispararon.