
Eroski se está planteando la venta de toda su red de hipermercados en Madrid. Forzada a reducir deuda tras haber llegado a un acuerdo de refinanciación con la banca, y después del cierre del centro comercial M-40 en Leganés, la compañía de distribución vasca está negociando ahora el traspaso a la francesa Leclerc de las siete grandes superficies que todavía le quedan en la región. Se trata de los centros de Majadahonda, Valdemoro, Fuenlabrada, Vallecas, Alcobendas, Carabanchel y Pinto.
Fuentes oficiales de la compañía gala han confirmado que "las negociaciones están avanzadas", insistiendo, no obstante, en que todavía no está cerrada ni la operación ni el número de establecimientos que hay en juego. "A nosotros nos interesan sólo los hipermercados, pero es posible que al final la cifra pudiera variar al alza o la baja", aseguran.
Un gigante del comercio
Si logra cerrar el acuerdo, Leclerc, que cuenta tan sólo con un hipermercado en la Comunidad de Madrid, ubicado en la localidad de Aranjuez, -tiene otros ocho en España, aunque de menor tamaño que los de Eroski-, duplicaría con creces su red. De carácter cooperativo, al igual que la empresa vasca, factura a nivel mundial más de 35.100 millones de euros, emplea a 90.000 personas y tiene 630 establecimientos.
Con 112 tiendas en el exterior, mantiene una fuerte apuesta por la internacionalización, que ha iniciado con el desembarco en España, Portugal, Italia, Polonia y Eslovenia, entre otros países. Llama la atención sin embargo su especial apuesta por España, uno de los mercados más castigados de toda Europa por la crisis económica y la caída del consumo, que ha llevado a las grandes empresas de distribución a estrechar al máximo sus márgenes para poder mantener la cuota de mercado.
De hecho, Eroski cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas de 75 millones de euros después de haber reducido un 6,3 por ciento su facturación, hasta 7.606 millones. Un portavoz de esta compañía declinó comentar ayer la operación, reconociendo, sin embargo, que "en este momento todos estamos hablando con todos". Su principal objetivo con esta venta es reducir la deuda, que se elevaba al cierre del pasado ejercicio a más de 1.300 millones. Hace justo un año, Eroski logró alcanzar un acuerdo con 23 entidades por el que unificó sus préstamos a corto plazo en un único crédito de 1.750 millones, con vencimiento en 2014.
Ajustes y desinversiones
La empresa, que está llevando a cabo la venta de gran parte de sus locales para quedárselos después en régimen de alquiler, ha reducido asimismo de forma drástica su plantilla. Después de eliminar 5.000 empleos el año pasado, se ha visto obligada a llevar a cabo un nuevo recorte en el primer semestre del ejercicio. Entre el 1 de febrero y el 31 de julio, ha reducido su plantilla en otras 3.000 personas, quedando ya en la actualidad 44.941. Todo ello en pleno relevo en su cúpula directiva, ya que en apenas un mes Agustín Markaide sustituirá a Constan Dacosta como nuevo presidente del grupo.