El Gobierno alemán pretende controlar de manera más estricta los consejos financieros y de inversión por parte de los bancos mediante el empleo de 'clientes misteriosos' encargados de valorar la transparencia de la información sobre los productos ofrecidos por las entidades a los consumidores, según indica la ministra alemana de Protección al Consumidor, Ilse Aigner.
En una entrevista concedida al diario germano 'Handelsblatt', Aigner señala que el Gobierno planea desplegar investigadores camuflados para controlar "no sólo los términos generales y las condiciones de los productos" sino para valorar el grado de transparencia de la información proporcionada a los clientes".
En este sentido, la ministra sugirió la posibilidad de que sea el supervisor financiero germano (BaFFin) el organismo encargado de gestionar esta red de informadores.
"Las leyes sólo son útiles cuando alguien se encarga de hacer que se cumplan", dijo Aigner, quien, sin embargo, no precisó que multas se impondrían a las entidades que no actúen correctamente.
Este dispositivo, del que no ha trascendido su presupuesto, surgió como respuesta del Ejecutivo al estudio que realizó el pasado verano la conocida organización de consumidores alemana Warentest a 21 entidades bancarias, con resultados desalentadores.
En este chequeo, similar al que realiza Warentest con multitud de bienes y servicios en el país, seis instituciones obtuvieron la peor calificación posible, "deficiente", y ninguna obtuvo las máximas calificaciones, esto es, "bien" o "muy bien".