
Al champán francés le ha salido un duro competidor. El vino espumoso italiano, cuyo máximo representante aquí en España es el Lambrusco, le está arrebatando su lugar en las mesas de todo el mundo al rey de las celebraciones por excelencia. El precio es la razón de este cambio.
La crisis es implacable y hay que pensarse dos veces cualquier gasto que desequilibre el presupuesto. Se puede encontrar una botella de cierta calidad de un buen spumante italiano por entre 8 y 18 euros. Sin embargo, para descorchar su equivalente francés habría que desembolsar una media de 45 euros.
Crece la producción
Así que, cuando es el precio lo que determina la compra, la balanza se inclina a favor del producto transalpino. Según recoge Reuters, las exportaciones de las dos variedades más populares internacionalmente, el Asti Spumante y el Prosecco, se incrementaron un 17% en los primeros entre enero y septiembre de este año, de acuerdo con los datos de Coldiretti, la asociación que reúne a los productores agrícolas italianos.
Para el conjunto de 2010, la asociación de enólogos y enotécnicos italianos Assoenologi prevé que la producción total alcance los 380 millones de botellas, lo que supondrá sacar una ventaja de unos 10 millones de botellas al champán galo. Y no sería la primera vez que ocupa el primer puesto en la producción mundial. En 2009, la producción de Italia superó los 340 millones de botellas, mientras que la de Francia se situó por encima de los 290 millones, en atención a los datos de Coldiretti y del Comité del Champán.
El caso español
Pero el espumoso italiano no es el único al que beneficia la búsqueda de un brindis barato. El cava también ha visto crecer el interés de los consumidores y, aunque en términos de producción aún está lejos de las cifras de sus dos rivales -se produjeron 219,4 millones de botellas en 2009-, su popularidad es cada vez mayor.
Según indica el Consejo Regulador del Cava, la bebida ha registrado durante los nueve primeros meses del año un incremento interanual de sus ventas del 10%. Además, del total de 147,9 botellas comercializadas, 91,9 millones viajaron fuera de nuestras fronteras, un 13,5% más que en el mismo periodo de 2009.
Alemania es el primer destino al que viajan las burbujas españolas, seguido de Reino Unido, Bélgica y Estados Unidos. Japón uno de los paises donde más se elevaron las ventas: hasta septiembre, los nipones compraron un 23% más de cava.
Cuestión de calidad
Por ahora, la diferencia entre el espumoso italiano y el francés es sólo en cuanto a número de botellas y no por el valor del producto, destaca el director general de Assoenologi, un punto en el que coincide con Giovanni Mantovani, el director general de Vinitaly, la feria que promociona el vino italiano a nivel internacional.
"Hay muchos indicadores que muestran el éxito creciente de nuestras burbujas, pero aún falta un largo camino para alcanzar el sabor del champán", apunta Mantovani. Aún así, aprovecharán el tirón y Vinitaly hará del espumoso local la estrella del evento de 2011.
El pasado año, Alemania y Estados Unidos fueron los países que más brindaron con espumosos italianos, seguidos por Reino Unido y algunos países emergentes. Este año, sólo en Rusia las compras de spumante se incrementaron hasta septiembre un 166%.