Fráncfort (Alemania), 28 ago (EFECOM).- El crecimiento de la masa monetaria en circulación en la eurozona, medido por el agregado M3, subió notablemente en julio hasta el 11,7 por ciento, frente al 10,9 por ciento de junio.
Este fuerte crecimiento de la masa monetaria, que puede generar presiones inflacionistas, es un argumento a favor de una subida de los tipos de interés en la zona del euro en septiembre.
Según informó hoy el Banco Central Europeo (BCE), el incremento anual de este agregado monetario en el trimestre de mayo hasta julio fue del 11,1 por ciento, frente al 10,6 por ciento del trimestre entre abril y junio de 2007.
El banco europeo añadió que los préstamos al sector privado tuvieron una tasa de crecimiento anual en julio del 10,9, en comparación con el 10,8 por ciento de junio.
Al mismo tiempo, el crecimiento de créditos para el pago por la compra de una vivienda bajó en julio hasta el 8,1 por ciento, frente al 8,4 por ciento revisado de junio.
Los incrementos de las tasas desde diciembre de 2005 han contribuido a una estabilización del crecimiento de los créditos al sector privado, hipotecarios y de consumo, en los últimos meses.
Sin embargo, la expansión monetaria se encuentra muy por encima de los niveles que el BCE establece adecuados para salvaguardar la estabilidad de precios a medio plazo, que sitúa en un crecimiento del M3 del 4,5 por ciento.
Debido a las recientes turbulencias en los mercados financieros, el BCE todavía no ha dejado claro qué va a hacer y ahora podría renunciar al incremento del precio del dinero anunciado a comienzos de agosto.
El presidente del banco europeo, Jean-Claude Trichet, dijo ayer en Budapest que el BCE no ha cambiado su evaluación sobre la política monetaria de la eurozona desde el pasado 2 de agosto, cuando preparó a los mercados financieros para una subida moderada de las tasas y, al mismo tiempo, enfatizó que prestará gran atención a las turbulencias de los mercados financieros.
La semana pasada, el BCE señaló que todavía está dispuesto a subir los tipos básicos de interés para la zona del euro, actualmente en el 4 por ciento en septiembre pero la decisión dependerá de la evolución de los mercados financieros hasta entonces.
Con una operación adicional de refinanciación a largo plazo para inyectar 40.000 millones de euros, el BCE intentó normalizar el funcionamiento del mercado del dinero del euro, al mismo tiempo que también orienta su política monetaria a frenar la inflación.
Además, el BCE ha inyectado otros 211.365 millones de euros adicionales en subastas rápidas en los mercados para paliar los efectos de la falta de liquidez generada por la crisis hipotecaria y crediticia en EEUU, que ha afectado seriamente a varios bancos europeos.
La medición del dinero en circulación constituye uno de los dos pilares en los que el banco emisor europeo basa su política monetaria, cuyo fin es lograr la estabilidad de los precios, y sirve de referencia a la entidad para poder prever la inflación en los doce países que comparten el euro.
El otro pilar del BCE para pronosticar la inflación y decidir la política monetaria se basa en el crecimiento de los precios y otros indicadores macroeconómicos.
El agregado M3 comprende el efectivo en circulación, depósitos a la vista y a plazo hasta dos años, depósitos disponibles hasta 3 meses, cesiones temporales de deuda y fondos de inversión en activos del mercado monetario (FIAMM). EFECOM
aia/mdo
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