La imagen exterior de España es la principal damnificada por la huelga de controladores aéreos que, pese a las millonarias pérdidas, apenas afectará a la débil recuperación económica. Los controladores aéreos entonan el 'mea culpa'.
Al menos esto es en lo que coinciden los economistas consultados por este periódico. Algunos, incluso, calculan cifras sobre el impacto directo en el Producto Interior Bruto (PIB), que podría situarse en torno al 0,02%, como explica Jose Carlos Díez, economista jefe de Intermoney.
Malo para la imagen
El sector turístico ha cuantificado las pérdidas cosechadas hasta ahora en 250 millones, un importe que podría ascender a los 500 millones si se incluyen las compañías extranjeras afectadas por el cierre del espacio aéreo entre el viernes y el sábado pasado. Más allá de las consecuencias actuales sobre una determinada industria, los economistas señalan que los efectos se verán en un futuro, porque es un "problema grave que empeora la credibilidad y estabilidad de un país en un momento de debilidad como el que vive España".
El asesor económico de la patronal bancaria AEB, Federico Prades, asegura "en esta época de pocas alegrías ha venido muy mal por su repercusión en la imagen turística" y que "es un problema más que se suma a los otros". Prades, además, aboga por la liberalización de los controladores para evitar que puedan sucederse nuevos episodios de tamaño similar.
Valentí Pich, presidente del Consejo General del Colegio de Economistas, semuestra también preocupado por la imagen de nuestro país y opina que "en estos momentos tan delicados no se puede jugar con la marca España". Apela a la responsabilidad del colectivo de controladores, que han tocado uno de los tres pilares de la economía y la recuperación económica. Sostiene que el turismo se mueve por sensaciones y que la percepción que puedan tener el exterior sobre España se ha visto "gravemente afectada".
Asimismo, añade que nuestra autoestima -un factor primordial para la estabilización de un país- "se ha podido lesionar tras las complicaciones provocadas por un colectivo de profesionales que cuentas con empleos de calidad".
Quien también minimiza el impacto económico para el despegue del PIB es el presidente Freemarket, Lorenzo Bernaldo de Quirós, aunque ve con mayor preocupación los efectos que surjan a partir de ahora, en las diferentes campañas de vacaciones que tengan lugar próximamente.
Menos inversiones extranjeras
Otros economistas, además del daño a la imagen de España, apuntan hacia las inversiones directas procedentes del extranjero, que podrían resentirse por la falta de estabilidad. En estos términos se pronuncian José Carlos Díez y Alberto Matellán, director de Estrategia y Macreoeconomía de Inverseguros SVB.
Ambos indican que, al margen de las pérdidas ocasionadas en el sectores de actividad implicados como la hostelería, las agencias de viajes o las aerolíneas, las inversiones de capital extranjero "se verán mermadas".
Éstas ya han sufrido un recorte por la desconfianza en la evolución de la economía española. En 2009 representaron el 1,4 por ciento del PIB, casi 15.300 millones de euros. Hasta junio de 2010, el dinero desembolsado por sociedades e instituciones foráneas apenas alcanzó los 4.770 millones, según datos del Ministerio de Industria. La inversión en compañías y proyectos relacionados con el transporte aéreo fue nula en los primeros seis meses del ejercicio, frente a los 115 millones aportados en el conjunto de 2009.
El sector turístico supone buena parte de la mejoría de riqueza de nuestro país. Representa entre el 11 y el 12% de la economía. Se trata de uno de los motores de la recuperación. Crece por encima de la media de actividades productivas y sus estimaciones de crecimiento eran superiores.
Mientras que se prevé una caída del PIB de tres décimas para el conjunto de 2010, el sector turístico esperaba hasta antes de la huelga de controladores un crecimiento de su negocio del 0,6%. Estas estimaciones podrían variar significativamente en el caso de éste último por las consecuencias, que podrían llevar incluso un estancamiento. El número de afectados asciende a 650.000 usuarios, según las cifras publicadas ayer.