María Peña
Montebello (Canadá), 21 ago (EFECOM).- El encuentro entre los presidentes de EE.UU., George W. Bush, y México, Felipe Calderón, y el primer ministro canadiense, Stephen Harper, en Montebello (Quebec), fue más un evento protocolario que el acelerador del gran proyecto político de integración regional.
Aún antes de que comenzara el encuentro tripartita de dos días en el Chateau Montebello, a orillas del río Ottawa, tanto los estudiosos de la integración norteamericana como funcionarios de los tres países ya habían descartado anuncios espectaculares.
Harper, anfitrión de la tercera cumbre de la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN), escogió este paraje para darle al encuentro un ambiente informal, entre amigos, al punto que en ocasiones los líderes se olvidaron del saco y la corbata.
Pero el ambiente relajado no logró ocultar las diferencias que tienen respecto a la lucha antiterrorista, los reclamos territoriales de Canadá en el océano Ártico o el reforzamiento de la seguridad fronteriza.
Varios medios canadienses han destacado la falta de "sustancia" en esta cumbre, pese a que el hilo conductor ha sido, desde su origen en 2005, la integración de los tres países socios del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que entró en vigor en 1994.
Durante una rueda de prensa conjunta al término de la reunión, los tres líderes minimizaron la queja de algunos sectores conservadores de que la ASPAN minará la soberanía de los tres países, y destacaron que el comercio y la colaboración contra amenazas comunes es algo que beneficia a toda la región.
Sin embargo, la realidad política en Canadá, EE.UU. y México sirve de freno a la consolidación de este bloque regional: hay consenso sobre el concepto pero su ejecución les resulta escurridiza.
La reticencia a la ASPAN, lanzada en 2005, viene también de sectores liberales, que critican la opacidad de estos encuentros y la exclusión de los más afectados por la globalización.
El mejor ejemplo de la oposición a la integración de los tres países lo dieron en meses recientes grupos opuestos a la libre circulación de camiones mexicanos por las carreteras estadounidenses, tal como lo estipula el TLCAN.
Además, grupos como Oxfam Internacional no se cansan de repetir que el TLCAN, vendido como un antídoto contra la pobreza, causó la pérdida de 1,3 millones de empleos agrícolas en México en los últimos doce años y de 200.000 puestos en su sector industrial entre 2001 y 2004.
Michael Shifter, analista del Diálogo Interamericano, indicó a Efe que la falta de resultados concretos no debe sorprender a nadie porque se realiza "en un momento poco idóneo" y porque, pese a las buenas intenciones, persiste la desconfianza y Bush ha perdido casi todo su capital político.
El presidente del Consejo Canadiense para las Américas, Ken Frankel, señaló que el ambiente para la ASPAN no podría ser más hostil: fracasó la reforma migratoria en el Congreso estadounidense, aumentan las fuerzas proteccionistas en EE.UU. y México enfoca sus esfuerzos en reformas internas.
La Casa Blanca insiste en que, al menos, el encuentro en Montebello dará impulso, por ejemplo, a las discusiones que mantienen EE.UU. y México sobre un multimillonario plan de asistencia militar y de seguridad para combatir el narcotráfico en el país latinoamericano.
Bush dijo hoy que el plan, una vez concretado y aprobado por el Congreso en Washington, será "lo suficientemente robusto" para atajar la violencia en la frontera común y hacer frente al narcotráfico.
El llamado "Plan México" tomaría lecciones del "Plan Colombia" -salvo el envío de asesores militares, prohibido bajo la Constitución mexicana-, y reflejaría el compromiso de EE.UU. y México por combatir el flujo de drogas hacia el norte y el de armas hacia el sur del Río Bravo.
En el pasado, ambos países se han quejado de que el otro no hace lo suficiente por atacar la raíz de la "narcoviolencia" en la frontera común: el consumo de drogas en EE.UU. alimenta el tráfico de estupefacientes de México y Suramérica, y la militarización de la lucha antidrogas por parte del Gobierno de Calderón no asusta a los narcos.
Por ahora, la concreción del Plan México, y de otras medidas para avanzar en la ASPAN, se quedan en buenas intenciones. EFECOM
mp/mla/cr
Relacionados
- Henry Paulson se unirá al encuentro hoy entre Bernanke y Dodd
- RSC.- La Wharton School of Business aborda en un encuentro la RSC desde su papel de 'rehabilitadora' de empresas dañadas
- El inesperado encuentro de las dos Coreas
- Arranca la CampusMac, punto de encuentro para los amantes de la factoría Apple
- INTROMAC celebrará mañana I Encuentro Sector Ornamental en Borba (Portugal)