Empresas y finanzas

Mineros y Grupo México enfrentados por asuntos sindicales y de seguridad

Sombrerete (México), 17 ago (EFECOM).- Los mineros del Grupo México (GM), el tercer productor mundial de cobre, consideran que las minas de la compañía son una "trampa mortal", pero la empresa desestima las acusaciones y dice que las huelgas en tres de sus explotaciones son por líos entre líderes gremiales.

Unos 3.000 mineros secundan una huelga desde el pasado 30 de julio en tres minas de Grupo México en Taxco (sur), San Martín (centro) y Cananea (norte), la explotación de cobre más importante del país.

De momento los mineros han logrado extender indefinidamente sus huelgas en Cananea y en la mina de plata de Taxco, pero en este último yacimiento el mismo juez que autorizó continuar el paro también concedió a Grupo México la libertad de reiniciar allí la actividad con los empleados que "voluntariamente" decidan volver al trabajo.

Esta decisión es, para algunos analistas, contradictoria porque por un lado reconoce las exigencias de mayor seguridad de los trabajadores y por otro da luz verde para continuar trabajando en las minas, lo que podría enfrentar a los obreros que quieran volver al tajo frente a quienes lo impidan.

Los choques entre sindicato y empresa se cobró el fin de semana pasado en la mina de La Caridad la muerte de un minero en circunstancias confusas, que avivó el conflicto y añadió más intensidad a las recriminaciones mutuas.

El Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros y Metalúrgicos (SNTMM), que agrupa a unos 35.000 obreros, defiende que la inseguridad en las minas y la falta de negociación de nuevos contratos colectivos de trabajo son el fundamento de los paros.

Grupo México, en cambio, argumenta que se trata de una batalla por el liderazgo en el seno del sindicato, que se disputan su actual líder, Napoleón Gómez Urrutia, y una fracción de empleados que le acusan, junto con la empresa, de malversar un fondo obrero de 55 millones de dólares.

Durante un recorrido por la mina de San Martín, en el municipio de Sombrerete del central estado de Zacatecas, Efe pudo comprobar que las condiciones laborales distan mucho de ser las adecuadas para sus 550 obreros.

Esta mina, con capacidad para producir 1.400 toneladas de concentrado de zinc, más de 900 de plomo y 690 de cobre, estuvo parada el año pasado durante 75 días, tiempo suficiente para que la empresa amenazara con cerrarla.

En San Martín el deterioro de las instalaciones es evidente, sobre todo en los servicios: baños con moho, baldosas resquebrajadas, pintura descamada o podrida, duchas oxidadas y lavabos rotos con los grifos estropeados.

A falta de taquillas para guardar la ropa después de cambiarse a sus monos de trabajo, los obreros utilizan ganchos amarrados con cuerdas que izan a unos dos metros del suelo, utilizando un sistema de poleas, resultando en un centenar de fardos de ropa que se columpian del techo.

Una veintena de vehículos especializados se encuentran estacionados en la planta, y los sindicalistas muestran cómo algunos de ellos, un par de tractores y unas camionetas destartaladas, tienen varias piezas atadas con cables para que no se caigan.

Algunos tienen los pedales del freno o del acelerador amarrados con cintas de caucho para evitar que se queden pegados y las palancas de cambios de otros están sujetas con alambres a la caja de transmisión.

Dentro de la mina de 1.300 metros de profundidad la señalización es escasa, y por lo menos dos tiros verticales, de varios cientos metros de profundidad, se encuentran descubiertos y sin protección adecuada para evitar que alguien caiga en ellos. EFECOM

jd/gt/jla

(con fotografía)

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