
Las comparaciones son odiosas pero la guerra entre los titanes de Detroit vuelve a la palestra bursátil, especialmente tras el regreso de General Motors al parqué de la New York Stock Exchange. Pese al revuelo y el entusiasmo surgido entre los inversores de todo el mundo, algunos especialistas prefieren seguir apostando por Ford.
Según Hillary Kramer, analista de Investor Place, la evolución de los títulos de Ford durante el último año y medio ha sido "sorprendente". Al fin y al cabo sólo 18 meses después de registrar 1.400 millones de dólares en pérdidas el fabricante ha sido capaz de dejar boquiabierto al mercado con sus últimos resultados trimestrales. Sus títulos se dispararon más de un 15 por ciento durante la semana de la presentación de sus cuentas.
Especialmente los analistas alaban la gestión de su consejero delegado, Alan Mullaly, ex capitán de Boeing. Su gestión ha conseguido dar la vuelta a la tortilla en un año y medio sin necesidad de la intercesión del gobierno de EEUU, como ocurrió con GM.
Además, la cuota de mercado de Ford alcanza ya el 16,7%, por lo que arrebata el segundo puesto de fabricación a la nipona Toyota. Sus ventas en octubre subieron un 20 por ciento. Además, al contrario que GM, la compañía ya ha saldado cuentas con sus empleados jubilados a los que pagó 3.600 millones de dólares la semana pasada. Este hecho apunta a un futuro más limpio de cara a sus beneficios netos en el futuro.
Por su parte, David Silver, de Wall Street Strategies, aseguró a la CNBC que "pese a que muchos de los problemas de GM han sido solventados es cierto que su rentabilidad en Europa o cómo van a costear las pensiones son asuntos que me preocupan". "Los fundamentos, que finalmente serán los que impulsen a la compañía, no son ni mucho menos iguales a los de Ford, Toyota o Nissan", añadio.
GM de vuelta
Con la fuerza de un Camaro, la OPV más esperada del año devolvía el optimismo a los inversores, al menos por un día. El renacimiento bursátil de GM no pudo estar mejor acompañado. GM recaudó aproximadamente un total de 20.100 millones de dólares tras fijar el precio tanto de sus acciones comunes como preferentes y su valor de mercado se situó alrededor de los 63.000 millones de dólares. Si echamos cuentas, la compañía despachó 15.800 millones de dólares en títulos comunes y 4.350 millones de dólares, en preferentes.
No hay que pasar por alto que el fabricante puso en venta más acciones de las previstas, un total de 478 millones frente a los 365 millones inicialmente barajados y a un precio de 33 dólares por título, muy por encima de la horquilla de 26 y 29 dólares.