Empresas y finanzas

Nervios

Pedro Vega

Madrid, 11 Ago (EFECOM).- No hay nada más temeroso que el dinero y, si al temor se unen la incertidumbre y los nervios, la tormenta está servida en los mercados financieros.

Si había dudas sobre el auténtico calado de la crisis del mercado hipotecario gestada en EEUU, el jueves quedaron despejadas de un plumazo cuando el Banco Central Europeo, para sorpresa de unos y alivio de otros, intervenía en los mercados con la mayor inyección de liquidez, -94.841 millones de euros-, desde el trágico 11-S.

A la labor de "apaga fuegos" del BCE se unía este mismo día la Reserva Federal estadounidense que inyectaba en el sistema 24.000 millones de dólares para garantizar la liquidez y evitar un colapso en los mercados financieros,

A la iniciativa se unieron también los bancos centrales de Japón y Australia y quedó patente la dimensión global de la crisis que se venía gestando ya desde primavera.

La incógnita está ahora en el auténtico alcance del fenómeno y sus consecuencias, pero muchos datos parecen indicar que los nuevos instrumentos financieros de titulización de deuda han actuado como vehículos contaminantes para todo el laberíntico mercado de deuda "de segunda mano".

El aviso de galerna lo dan el 11 de julio dos prestigiosos vigías del mercado, Moodys y Standard & Poor's que anuncian una revisión a la baja en la calificación de determinados fondos hipotecarios. Una semana más tarde se produce el primer "seísmo" con la quiebra de dos fondos de alto riesgo de Ber Stearms.

La crisis que ya sufren en EEUU decenas de fondos de inversión por su riesgo en el mercado hipotecario, se traslada a este lado del Atlántico. La aseguradora francesa Axa, el banco suizo UBS, las entidades alemanas, Westlb e IKB, y posteriormente BNP Paribas, entre otros, anuncian el cierre o la congelación de sus fondos ligados al mercado hipotecario de alto riesgo.

En los mercados se pasa de la euforia al recelo y en una sola semana, en España, el selectivo Ibex contabiliza la mayor subida del año, el 2,4% el miércoles, y la mayor bajada, el viernes, el 2,59%. La semana se salda con un retroceso del 0,55% y la desconfianza instalada en el ánimo de los inversores.

Otros motivos para el recelo de los inversores son las investigaciones abiertas por la Comisión de Valores de EEUU sobre varias firmas de Wall Street para averiguar si están ocultando pérdidas en el mercado hipotecario por el incremento de la morosidad, o y por la fiscalía de Düsseldorf sobre el Banco de Industria Alemán (IKB), por presunto fraude en sus cuentas.

Y es que el valor declarado de los activos hipotecarios queda en manos de las propias operadoras del mercado que habrían podido sobrevalorarlos en función de sus propios intereses.

Por eso, algunos analistas insisten que aún es pronto para evaluar la auténtica dimensión de la crisis, de la que sí se sabe que es global y sus efectos pueden alcanzar a todos los rincones del sistema crediticio.

La mayor desconfianza de los inversores se ha dirigido a los bancos y, en Madrid, el viernes "negro", entre los más afectados los "grandes", con pérdidas del 3,79% para el BBVA y del 3,24% para el Santander.

Los mensajes tranquilizadores de la OCDE sobre el mantenimiento "moderado" del crecimiento económico contrastan con datos como el retroceso de la producción industrial en Alemania o el exiguo crecimiento del 0,1% registrado por la economía italiana en el último trimestre.

Lo que sí parece alegar esta crisis es la posibilidad de una subida de tipos en la eurozona "cantada" en un principio para septiembre y que podría posponerse para más adelante a la espera que se disipen los nubarrones, teniendo en cuenta, además, que se dá por descontado un descenso de tipos en EEUU.

En el ámbito doméstico, dos buenas noticias, el crecimiento del PIB previsto por el Banco de España, 4%, y la inflación de julio que ha reducido la interanual al 2,2% un registro desconocido desde hace cuatro años. EFECOM

pvr/txr

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