La aerolínea ha recortado su cúpula directiva tras las fuertes pérdidas acumuladas, que se elevan en los dos últimos años a casi 400 millones de euros. Según las últimas memorias de la compañía, depositadas en el Registro Mercantil de Barcelona, el número medio de directivos se redujo el año pasado de 44 a tan sólo 28, lo que supone un 36% menos.
Los miembros de la alta dirección, que no son miembros del Consejo de Administración, recibieron el año pasado una retribución salarial de 2,8 millones en 2009, lo que supone un 64% más respecto a los 1,7 millones de 2008. Esto es debido, sin embargo, a las indemnizaciones que cobraron, por valor de 1,05 millones.
El ajuste en su cúpula forma parte del saneamiento que la compañía ha impulsado con vistas a ser rentable en 2012. Con este propósito, la aerolínea optó por suprimir las direcciones de recursos humanos y la dirección financiera, integradas ahora bajo el paraguas de la dirección corporativa. Ésta es precisamente una de las cinco áreas de gobierno de la compañía, junto con la dirección comercial, institucional y comercial, estratégica, y de operaciones en la que se divide el grupo.
Además, estas divisiones ya no están en manos de ejecutivos procedentes de la anterior etapa, cuando la compañía era propiedad de SAS.
La compañía ha llevado a cabo en los últimos tiempos varios procesos de regulación de personal. El primero de ellos fue en 2008, previo a la venta a un grupo de inversores catalanes, y luego a raíz del traslado de las oficinas de Palma de Mallorca a Barcelona.
Spanair cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas netas de 186,4 millones de euros, lo que supone un 13,2% menos respecto a los 214 millones de 2008. El resultado se debe, fundamentalmente, a la fuerte caída de los ingresos de la aerolínea, que está participada entre otros por Catalana d'Iniciatives y Turisme de Barcelona, y que cuenta con el apoyo financiero de la Generalitat. Su facturación se redujo un 38,7% hasta 673 millones.
Caída de los ingresos
En sus cuentas, Spanair destaca la fuerte caída en los ingresos medios tanto de pasaje y carga, especialmente en vuelos internacionales. "Un factor determinante fue la importante pérdida de pasajeros en las clases First y Business, cuyo número descendió un 17,1%", asegura. Ahora, está trabajando para que crezca este segmento. En 2009, la demanda total del mercado en las rutas operadas por Spanair se redujo un 6%.
La dirección de la aerolínea destaca además el impacto del AVE, "que ha reducido casi a la mitad la demanda del Puente Aéreo en dos años". En este entorno, la empresa está acometiendo también una fuerte reestructuración de su flota, que tras pasar de 64 a 44 aeronaves en apenas tres años, volverá a reducirse el presente ejercicio y avisa que no renovará los contratos de arrendamiento de otras nueve.
Y todo ello después de haber recibido varias inyecciones de capital para restablecer su equilibrio patrimonial tras registrar fondos propios negativos a 31 de diciembre de 2009. Antes de 2011, Spanair pretende cerrar otra ampliación de 50 millones. De ellos, 20 han sido aportados por la Fira y Avança, dependiente del Ejecutivo catalán.