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Ecologismo y religión se unen para salvar el delfín del Ganges

NARORA, India (Reuters) - El sol se coloca sobre un tramo del imponente Ganges y una pareja de delfines se arquea con gracia fuera del agua, generando la esperanza de que plantas y animales puedan volver a denominar casa al mayor río de India.

Millones de indios a lo largo de las orillas del Ganges, de 2.500 kilómetros, dependen del río para su subsistencia, pero la falta de control de los desechos agrícolas, industriales y domésticos derramados durante las últimas décadas puso en peligro la vida animal y vegetal.

Cinco kilómetros río arriba de Narora, ubicada a cinco horas en coche desde Nueva Delhi, la estación de energía nuclear de 350 megavatios que colocó a esta adormecida localidad en el mapa aparece como un recordatorio del incansable proceso de industrialización que atraviesa India.

En Karnabas, un pequeño pueblo arriba de Nagora, un grupo de actores indios actúa para más de 150 habitantes.

"¡Los humanos están contaminando el río!", declaró un actor que interpretaba a un dios hindú, con un cartel del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) que celebraba el Día Mundial del Delfín colgado en un improvisado escenario.

"¡La vida de nuestra Madre Ganges está en peligro, por favor, hagan algo!", agregó.

Distinguible de su primo que vive en el océano por un largo y puntiagudo hocico, el delfín del Ganges es una de las cuatro especies de agua dulce del mundo. La población total en India, Nepal y Bangladesh está estimada en 2.000, por debajo de los 4.500 en 1982.

Pero a lo largo de un tramo norte del río sagrado, un proyecto de WWF está apuntalando la importancia religiosa del Ganges para los hindúes con la intención de enseñar a los habitantes las virtudes de la conservación y la protección de sus aguas.

El tramo superior del río, desde Rishikesh, en el pie del Himalaya hasta Ram Ghat, en el estado central de Madhya Pradesh, tiene un significado religioso muy importante para los hindúes.

"Las sensibilidades religiosas de la gente están entrelazadas con la conservación del río", dijo el líder del proyecto de WWF, Sandeep Behera, parado junto a la orilla del río a la sombra de un templo hindú, mientras niños jóvenes cantaban himnos en un muelle cercano.

"Si le pido a un agricultor local que dedique una tarde a aprender sobre conservación, me va a contestar '¿qué voy a comer esa tarde?'", sostuvo Behera.

"Por eso, entendimos que los líderes religiosos eran necesarios para difundir el mensaje", agregó.

Los pescadores indios ya no cazan delfines por temor a las represalias de los líderes del pueblo que se han comprometido con el proyecto, mientras que una campaña del WWF para promover los fertilizantes naturales ha reducido dramáticamente la contaminación química en el río.

"Lo que está haciendo (el WWF) está funcionando. Es muy evidente que necesitamos limpiar el río", dijo Ritesh Sharma, un comerciante de 26 años que vive en Karnabas.

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