La lucha entre Gas Natural y Sonatrach por los precios del gas ya no tiene tregua. La gasista ha iniciado un nuevo arbitraje internacional, como el que ha tardado casi tres años en resolverse, por los precios para 2010, 2011 y 2012.
De hecho, según pudo saber elEconomista, el pasado lunes se mantuvo en Argel una reunión entre los ejecutivos de ambas compañías para tratar de buscar un acuerdo. Y es que ambas empresas han vuelto a una ardua negociación ya que este año toca actualizar los precios en el marco de las revisiones trianuales que tiene el contrato de suministro a España que se firmó en 1992 y que se prolonga hasta 2021.
Según fuentes del proceso consultadas por elEconomista, ha sido la compañía que preside Salvador Gabarró la que ha solicitado en esta ocasión abrir el proceso negociador para fijar los precios que se deberán aplicar a partir de enero de 2010.
Se trata de iniciar el mismo proceso como el que empezaron estas compañías hace tres años y que ha acabado en un polémico arbitraje internacional cuyo laudo fue anunciado en agosto y que dio finalmente la razón a Sonatrach para subir los precios un 30 por ciento en las facturas de 2007, 2008 y 2009.
Pero en este caso la situación es bien distinta, ya que la recesión económica de los últimos años favorece a la gasista española a la hora de pedir una bajada de los precios de suministro, muy al contrario que lo que ocurrió en la última negociación, donde se tuvieron en cuenta los años de mayor bonanza económica mundial, así como los elevados precios a los que llegó el barril de Brent. No obstante, parece complicado llegar a un acuerdo en este nuevo proceso negociador y por ello el ministro de Industria, Miguel Sebastián, intentará lograr un acuerdo en su próxima visita a Argelia.
Las posturas entre la gasista española y la argelina están más enrocadas que nunca. Desde el país del Norte de África se insiste en subir los precios un 30 por ciento, ya no sólo en el proceso que ha sido dirimido en el laudo, sino para los siguientes años que se prolongue este contrato, denominado Sagane I, que tiene la peculiaridad de contar con una cláusula take or pay (lo pagas o te lo llevas igual) que hace que España no puede desligarse de este contrato con Argelia y que se prolonga durante diez años más.
El tono político del asunto
En cualquier caso, se trata de una negociación complicada, en tanto que no sólo se tienen en cuenta aspectos empresariales, sino que el ámbito político es el que tiene una mayor presencia.
Según los presupuestos de Argelia, su principal fuente de ingresos son los hidrocarburos (80 por ciento) de los que obtiene beneficios a través de la compañía estatal Sonatrach o a través de regalías a los grupos que operen en el país africano.
Consulta más información en diario elEconomista