Te castigo, pero ahora no... y puede que nunca. Ésta parece ser la lectura del extraño paso dado ayer por el supervisor del mercado francés (AMF). Hace un mes, este organismo echó por tierra la opa con canje de acciones presentada por Sacyr Vallehermoso sobre Eiffage.
El motivo que argumentó la AMF para desechar la oferta fue acusar al grupo español de estar en concierto con otros seis inversores. Una falta cuya pena pasa por lanzar una opa en metálico al precio más alto pagado por cualquiera de los accionistas en concierto, en este caso, 127 euros por título, frente a los 99,25 euros en que cerró ayer Eiffage en bolsa.
Pero, por el momento, Sacyr no está obligada a presentar tal oferta. ¿Por qué? Porque la AMF ha dicho que su decisión no es ejecutoria, es decir, no debe cumplirse ahora. El supervisor bursátil prefiere esperar hasta que el Tribunal de Apelaciones de París se pronuncie sobre el recurso presentado por el grupo español para imponer, definitivamente, el castigo.
El juez tiene la última palabra
El lunes, la compañía presidida por Luis del Rivero presentó un recurso contra la decisión de la AMF de no aprobar su oferta en acciones sobre Eiffage. La primera vista de este proceso será el próximo 3 de septiembre y la Corte de Apelaciones no se pronunciará hasta octubre o noviembre.
Como la AMF ha condicionado su castigo a esta decisión, en ningún caso lo activará hasta final de año. Pero, ¿qué pasará si la Justicia da la razón a Sacyr? En tal caso, el supervisor francés podría verse obligado a autorizar la opa con canje de acciones. Motivo por el que, quizás, haya preferido ahora conceder una tregua al grupo español.
Un periodo de clemencia que, en cualquier caso, Sacyr esperaba conseguir en los tribunales. De hecho, el pasado 6 de julio ya pidió suspender la ejecución de la decisión de la AMF. Ayer hubo una vista al respecto y mañana el juez pronunciará su fallo.