Empresas y finanzas

El Santander busca un banco en EEUU tras cancelar la adquisición de M&T

  • La entidad mantiene su objetivo de duplicar su presencia en Norteamérica
El presidente de Banco Santander, Emilio Botín. Foto: Archivo

El Santander busca un banco en Estados Unidos para aumentar su presencia en este mercado y duplicar su cuota de mercado, después de que las negociaciones con M&T se hayan roto definitivamente. Fuentes de la entidad sostienen que al grupo le parece atractivo el país para continuar con el crecimiento y la expansión, pero no quisieron hacer ningún comentario sobre si ya ha detectado alguna oportunidad.

En la actualidad, el grupo español es uno de los 20 primeros del sector en la primera potencia mundial y tiene previsto escalar hasta las diez primeras posiciones del ranking en el corto plazo. La adquisición de M&T le hubiera permitido conseguir este objetivo, al colocarse en el noveno escalón, pero las diferencias sobre el mando en la gestión complicaron las conversaciones.

El Santander había alcanzado un acuerdo con el irlandés Allied Bank (AIB) para comprarle el 22% que posee en el estadounidense, paso previo para una fusión con su franquicia Sovereign. El resto de accionistas se oponía a una integración por la pérdida de control.

Allied recurrirá al mercado

Como consecuencia de la ruptura de las negociaciones, el irlandés anunció ayer la venta en el mercado de su participación en M&T debido a las exigencias regulatorias de desinversiones para poder devolver las ayudas públicas recibidas para su rescate. Allied ha valorado el paquete de acciones en 2.200 millones de dólares (1.600 millones de euros, aproximadamente). AIB necesita captar cerca de 7.900 millones de euros para cubrir sus pérdidas hipotecarias.

La pasada semana, el ministro irlandés de Finanzas, Brian Lenihan, informó de que, además de los 3.500 millones que el Gobierno lleva inyectados en el AIB desde el pasado año, ingresará en sus cuentas otros 3.000 millones mediante la compra del 90% de sus acciones.

El banco irlandés ya llegó a un acuerdo con el Santander a principios de septiembre para traspasarle el 70% del polaco Zachodni, tercero del país, por 2.900 millones de euros.

Propuesta rechazada

La intención de la entidad radicada en Dublín era vender también al Santander su división en Reino Unido, pero el grupo español rechazó desde el primer momento cualquier oferta, según fuentes financieras. En las islas británicas ya se ha consolidado con las adquisiciones de Alliance & Leicester, Bradford & Bingley y parte de Royal Bank of Scotland, activos que está integrando en su división Abbey.

El fracaso de las negociaciones para tomar M&T supone un alivio para la entidad, que en las últimas semanas estaba en el punto de mira de los inversores.

Estos dudaban de la capacidad de absorción del banco español -que lleva once compras durante la crisis- y si sería capaz de cumplir con los nuevos requisitos de solvencia que entrarán en vigor a finales de 2012 sin tener que llevar a cabo una ampliación de capital. "Supone un alivio en la presión de los mercados sobre la entidad española", indican fuentes del sector.

Solvencia controlada

No obstante, el Santander ya había calculado el impacto que iba a tener la eventual adquisición de M&T y la fusión con Sovereign a través de un canje de acciones. En todo momento iba a cumplir con la regulación debido, principalmente, a la generación ordinaria de recursos propios. El core capital (ratio de solvencia de primera categoría) se situaría por encima del 8,6%.

Para finales de 2012, el porcentaje subiría al 9,4%, por la suma de 75 puntos básicos como consecuencia del negocio bancario diario y la generación de beneficios. El Santander en los últimos meses se ha comprometido a desembolsar 9.000 millones para hacerse con el 25% que posee de su filial en México, un paquete de 320 oficinas de RBS, su entrada en el mercado minorista alemán y su desembarco en Polonia.

Anteriormente había adquirido una cartera de créditos de coches en EEUU al británico HSBC y había completado la compra total de Sovereign. El grupo que preside Emilio Botín ha sido el banco más activo en compras durante la crisis financiera y económica con el fin diversificar el riesgo y depender cada vez menos de España.

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