
BBVA ha dado un salto cualitativo en su estrategia comercial y ha reorganizado su cúpula. El objetivo del banco es aprovechar las oportunidades de la crisis y la debilidad de algunos de los competidores, especialmente algunas cajas en nuestro país e instituciones rescatadas en otros estados, para sumar clientes y cuota de mercado. Ayer anunció la creación de la dirección de Negocio Minorista, que asumirá el jefe de la entidad en Estados Unidos, José María García Meyer.
A partir de ahora será responsable de definir la estrategia del grupo en el segmento de particulares y pequeñas y medianas empresas en España, Estados Unidos, América del Sur, Portugal y Asia.
El grupo que preside Francisco González explica que esta área será "una pieza clave de la expansión y el crecimiento". Meyer reportará directamente al consejero delegado, Ángel Cano.
Cambios en Norteamérica
El nombramiento de su hombre clave en Estados Unidos ha obligado a la entidad a remodelar su cúpula. El director del área norteamericana será asumida por Manuel Sánchez, que hasta ahora se ocupaba de la gestión de Compass, una de sus franquicias en la primera potencia mundial.
Sánchez se incorpora, de esta manera, al Comité de Dirección del grupo y será responsable de una de las áreas principales del crecimiento del banco español. BBVA pretende que Estados Unidos aporte en el largo plazo el 15 por ciento de sus beneficios, con el objetivo de diversificar los riesgos.
Por otra parte, ha designado presidente de Compass a Lawrence Unlick, cuya "primordial" tarea serán las relaciones institucionales de la entidad en suelo americano. Tendrá que estrechar los lazos con las autoridades estadounidenses con vistas a la reforma financiera, una de las cuestiones que más preocupa a BBVA y a todo el sector.
Unlick era miembro del consejo de Compass desde enero de este año y es consejero del Institute Internacional Bankers desde 1987, organismo que representa en Estados Unidos los intereses de bancos extranjeros al otro lado del Atlántico.