
El mismo día que la Comisión Europea debía adoptar dos importantes disposiciones legislativas que restrinjan las ventas al descubierto y favorezcan la transparencia en el mercado de los derivados, el comisario Michel Barnier explicaba a Les Echos cómo piensa dotar a la Unión Europea de las herramientas que permitirán reducir el riesgo de una nueva crisis financiera.
Como en Estados Unidos, propone obligar a los operadores a emitir títulos el tercer día en caso de venta al descubierto. Anuncia que piensa intervenir enseguida para "homogeneizar" los retrasos en el pago y entrega en la UE, y que la Comisión podría "si fuera necesario" plantear propuestas complementarias sobre materias primas energéticas y agrícolas.
¿Por qué no se han prohibido simplemente las ventas al descubierto más especulativas?
Las ventas al descubierto son necesarias porque facilitan la liquidez. No es cuestión de prohibir la especulación, que forma parte de la vida económica desde siempre. Sería como intentar prohibir la lluvia. Lo que hace falta es limitar los abusos y los riesgos que se derivan de ella.
En lo que respecta a las ventas al descubierto, nos centramos en el riesgo del impago que puede provocar contagio y efectos negativos en la estabilidad de los mercados. Por eso pedimos a los operadores que asuman sus responsabilidades de estar en condiciones de emitir títulos el tercer día. En concreto, eso quiere decir que el cuarto día el operador está obligado, si no ha podido emitir los títulos, a abonar la operación en efectivo. De lo contrario, se expone a una multa.
Más ampliamente, en los próximos meses tomaremos iniciativas sobre el conjunto de las operaciones de compra o venta para homogeneizar los plazos de pago y entrega, que siguen siendo muy variables dentro de la Unión Europea.
¿El texto sobre los productos derivados es lo bastante ambicioso?
El texto tiene una intención pragmática por encima de todo, aunque es una verdadera revolución porque arrojará luz sobre un mundo de oscuridad. La primera condición para responsabilizar a los mercados es la transparencia. De los 600.000 millones de dólares en operaciones de derivados, más del 80% se hacen mediante acuerdo amistoso. Vamos a invertir progresivamente esa proporción. La estandarización de los productos y procedimientos y el paso de los productos estándar por una cámara de compensación que estará bajo la mirada de los reguladores y la futura autoridad europea de los mercados, aportarán más seguridad a los mercados financieros, hasta el punto de que se registrarán todas las operaciones.
¿La futura autoridad europea de los mercados tendrá realmente el poder de seguir todas esas operaciones?
Va a desempeñar un papel importante. Para empezar, será la autoridad directa de los trade repositories, los organismos que mantendrán los registros de todas las operaciones. También formará parte del colegio de supervisores nacionales que garantiza la supervisión de las cámaras de compensación y se prevé que trace en tres años un primer informe del mecanismo para, finalmente, hacerlo evolucionar. Decidirá, en último término, la elegibilidad de los productos derivados con una compensación centralizada.
¿Qué habría podido hacer la nueva autoridad europea de los mercados durante la crisis de la deuda griega?
Por ejemplo, habría podido prohibir temporalmente los canjes de crédito de credit default swaps (CDS) sobre la deuda griega. El acuerdo que acaba de alcanzarse sobre la supervisión financiera le permite, de hecho, en caso de gran tensión o volatilidad de los mercados, actuar directamente para impedir ciertos productos o actividades durante un máximo de tres meses. Un operador de Hong Kong, por ejemplo, se sometería a la regulación europea si acaba de comprar un CDS griego en una plataforma europea.
Con las nuevas propuestas, ¿Europa es más o menos severa que Estados Unidos?
No es una competición. Lo importante es que respetemos lo antes posible los compromisos del G-20. Dicho eso, dado que entre el 70 y el 80% de las operaciones financieras son transatlánticas, es necesario que nuestros caminos vayan en paralelo para evitar cualquier distorsión. A ese paralelismo aspiro. Por ejemplo, con las ventas al descubierto nosotros proponemos obligar a los operadores a marcar cada operación en función de su naturaleza, para decir claramente lo que están haciendo. Estados Unidos ya ha decidido implantar un flagging similar. La voluntad política es la misma a ambas orillas del Atlántico: completar las nuevas regulaciones mediante acuerdos bilaterales de equivalencia e intercambio de la información. El objetivo es que todos tengan acceso a los datos.
La FAO publicó las nuevas cifras del hambre en el mundo. ¿No habría que abordar primero la especulación con las materias agrícolas?
No he dejado de repetir que la especulación con las materias primas era insoportable. Francia me ha pedido que analice el asunto. Se han programado vistas sobre este tema en Bruselas y cuento con plantear propuestas en esa materia junto con los demás comisarios en cuestión. Para abordar este tema dispongo de tres pilares: el texto sobre los derivados, la revisión de la directiva Mifid sobre los instrumentos financieros y el texto sobre los abusos del mercado. Si hace falta, presentaremos propuestas complementarias.