Empresas y finanzas

Dos sindicatos se manifestarán contra la reforma fiscal italiana

Por James Mackenzie

ROMA (Reuters) - Dos de los mayores sindicatos italianos anunciaron el lunes que el próximo mes llevarán a cabo una gran protesta en Roma para presionar por una reforma del sistema tributario que pretende impulsar el crecimiento económico.

Los moderados CISL y UIL, el segundo y el tercer mayor sindicato italiano respectivamente, exigen una serie de medidas para rebajar los impuestos a los trabajadores, pensionistas, familias y empresas, y han convocado una manifestación para el 9 de octubre.

También reclaman una represión más dura contra el fraude fiscal y piden un incremento al 20 por ciento en la presión fiscal sobre las ganancias de las inversiones financieras, frente al 12,5 por ciento actual.

Sin embargo, las organizaciones sindicales señalan que los ingresos de los bonos del Gobierno italiano deberían quedar exentos de la subida de impuestos para no afectar la inversión en deuda soberana del país, que en su mayoría está en manos de ahorradores locales.

"Estamos en el inicio de un periodo de una posible recuperación económica y ha llegado el momento de realizar una reforma fiscal seria. No hay más excusas", dijo a la prensa Luigi Angeletti, secretario general del UIL.

Ambos sindicatos han apoyado iniciativas como las de la fabricante de automóviles Fiat en acuerdos para aumentar la productividad en sus plantas italianas y han pedido convenios similares a los logrados entre sindicatos y empresas en Alemania.

También critican con fuerza al mayor sindicato del país, el CGIL, que ha adoptado una línea más dura y que no se espera que participe en la manifestación del sábado 9 de octubre en la plaza del Popolo, en la capital italiana.

"No vemos una disposición de parte del CGIL para buscar acuerdos genuinos con resultados verdaderos", aseguró Angeletti.

Los sindicatos de toda Europa han realizado una serie de protestas, huelgas y otras medidas de presión contra unos planes de austeridad que han golpeado a muchos trabajadores, especialmente a los del sector público.

Sin embargo, los sindicatos italianos han permanecido relativamente tranquilos, en un reflejo del menor impacto comparativo de la crisis financiera en Italia y la ausencia de drásticas medidas de recortes presupuestarios como las de países como Grecia y España,.

El ministro de Economía, Giulio Tremonti, ha exigido un paquete de austeridad de 25.000 millones de euros que ha provocado quejas por favorecer a los más ricos a expensas de los trabajadores. Sin embargo, las protestas callejeras en Italia fueron organizadas sólo por el CGIL y han sido más moderadas que en otros países.

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