Empresas y finanzas

Las cajas cierran el crédito a hogares y empresas, pero lo abren a sus jefes

Las cajas han congelado el crédito tanto a empresas como a familias, pero siguen con el grifo abierto de la financiación a su cúpula directiva y administrativa. Tanto los gestores como los consejeros han recibido en los seis primeros meses del año poco más de 210 millones de euros, un 7,5 por ciento más que en el mismo periodo del año anterior.

La subida contrasta con la caída que experimentan los préstamos a empresas, principalmente las pymes, y con la leve subida del 0,5 por ciento a los hogares por la reactivación del mercado de la vivienda.

Cabe destacar los casos llamativos de Caja Duero y CAM, que casi acumulan entre las dos la mitad de la financiación otorgada por las cajas a sus jefes (partida que incluye sus empresas y familiares directos). Aunque es subrayable el aumento que experimenta esta rúbrica en la Caja General de Canarias, donde la cifra se multiplica por más de seis, hasta los 11 millones de euros.

En los consejos de administración, además de la clase política regional y municipal, se encuentran representantes del mundo empresarial que pueden beneficiarse de sus vínculos con las entidades para obtener liquidez para sus sociedades.

Según los informes semestrales remitidos a la CNMV por la mayor parte de las cajas, la CAM concedió a sus administradores y directivos un total de 50 millones, mientras que Caja Duero, más de 45 millones. No obstante, la primera sí registra una bajada, del 12 por ciento, en la financiación a su cúpula. La segunda, en cambio, la aumenta en un 13 por ciento.

La Caixa, por su parte, eleva un 162 por ciento este tipo de créditos, pero la cantidad, teniendo en cuenta su tamaño y su volumen de negocio, es limitada: menos de 3,5 millones de euros. Además, La Caixa ha incrementado un 22 por ciento la cifra de créditos a empresas, hasta los 6.884,3 millones en los siete primeros meses julio, incluyendo préstamos y créditos con garantía no hipotecaria, según informó ayer la entidad.

El comportamiento no es igual en el resto de las entidades y las variaciones son sustanciales de una a otra. Así hay caídas del crédito a los directivos y consejeros de hasta un 68 por ciento, como en Caja España, o subidas de hasta el 88 por ciento, de Caixanova.

Las cajas, al igual que los bancos, comenzaron a restringir la financiación a empresas y hogares cuando la morosidad empezó a dispararse y a provocar una drástica bajada de los resultados del sector.

El Banco de España, en vilo

La situación de debilidad de las cajas continúa a día de hoy. Así lo aseguró ayer el subgobernador del Banco de España y presidente de la Comisión Rectora del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob), Javier Aríztegui, en una comparecencia a puerta cerrada en la subcomisión del Congreso que vela por este instrumento.

Aríztegui, según fuentes parlamentarias, consideró que aunque ha "mejorado mucho" la situación de las cajas, sigue siendo "complicada", y no podrán empezar a emitir cuotas para financiarse hasta que no termine el proceso de reordenación del sector, "en tres o cuatro meses", pese a los buenos resultados obtenidos en los tests de estrés.

Aríztegui explicó que, en cualquier caso, el Banco de España estima que las necesidades de financiación de las entidades no superarán los 16.000 millones de euros previstos, cantidad cubierta por el Frob y el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD).

De esta cifra ya se han empleado 12.400 millones, con lo que quedan 3.600 millones para hacer frente a las necesidades de capitalización adicional que requerirán las entidades que suspendieron los tests de estrés a finales de julio, y que el Ejecutivo estima en 1.400 millones.

Ante el escepticismo de los grupos por estas cifras, Aríztegui ha explicado que todavía no se ha producido ninguna petición formal al Frob y que las entidades pueden acogerse a la vía privada para captar financiación. Ya este verano, el consejero español en el Banco Central Europeo, José Manuel González-Páramo, reclamó a las entidades españolas a fortalecer su solvencia para poder abrir el grifo del crédito y contribuir a una salida de la recesión económica.

Aríztegui acudió al Congreso para aclarar la situación sobre los procesos de fusión de las cajas catalanas, dos de las que suspendieron el test de estrés realizado por las autoridades europeas. La integración de Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa podría requerir 1.032 millones, mientras que la operación de Manlleu, Sabadell y Terrassa (Unnim) necesitaría 270 millones de euros si la economía empeora sustancialmente.

Según Aríztegui, la situación después de que las entidades no aprobaran las pruebas de resistencia a coyunturas más adversas hace que las entidades tengan que ser "más competitivas". Según la interpretación de algunos asistentes a la reunión en la Cámara Baja, esto implica que las entidades necesitarían hacer ajustes adicionales de plantillas y números de oficinas, informa Ep.

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