
Desde hace algún tiempo, en el seno de Wall Street se vive una encarnizada batalla que enfrenta a los reyes del capital riesgo KKR y Blackstone.
Esta contienda, que en breve llegará hasta el parqué estadounidense, ha levantado pasiones entre el sector financiero donde todo el mundo se posiciona al lado de estos poderosos caballeros, que no dejaron de sorprender al mundo ni siquiera en la patriótica festividad del 4 de julio.
Con las cifras sobre la mesa, el ganador indiscutible de esta guerra sería Blackstone, que genera el doble de ingresos que Kohlberg Kravis Roberts & Co (KKR), cuyo fondos controlan compañías con un valor que supera con creces los 100.000 millones de dólares y emplea alrededor de 560.000 trabajadores.
¿Cuál es la principal diferencia entre ambos?
Así, la entidad formada por Henry Kravis y George Roberts, que el pasado martes hacía oficial su salida a bolsa con la intención de recaudar 1.250 millones de dólares, recogió en 2006 un ingreso neto que se acercó a los 1.100 millones de dólares, una cantidad que dista de los 2.300 millones de dólares acumulados por Blackstone.
La fidelidad en su forma de operar. Mientras que KKR, fundado en Nueva York hace 31 años, puede considerarse una entidad pura de capital privado, Blackstone -que nació allá por 1985- se ha decantado por la diversificación, algo que le ha proporcionado un mayor ritmo de expansión y crecimiento.
En la actualidad, Stephen Schwarzman y Peter G. Peterson, los cabecillas de Blackstone, que acaba de engullir la cadena de hoteles Hilton por 26.000 millones de dólares, tan sólo tienen un 38 por ciento de las actividades de la compañía centradas en fondos de inversión privados después de abrir su campo de acción a hedge funds, el sector inmobiliario e inversiones en empresas con mal estado de salud financiero.
Un rival nada débil
Por el contrario, KKR es un entidad mucho menos diversificada aunque eso no la convierte en un rival más débil. De hecho, ninguna otro fondo de capital privado ha realizado tantas compras en lo que va de año. Durante los últimos 12 meses la firma ha liderado adquisiciones por un total de 192.000 millones de dólares, más que si juntásemos las de Blackstone y Carlyle, otro grupo de capital privado.
Además, en lo que concierne a expansión internacional, KKR le sacó ventaja a Blackstone durante mucho tiempo, ya que la firma de Henry Kravis realizó su primera compra europea en 1996 y abrió su oficina asiática hace dos años. Durante la última década, KKR ha invertido el 48 por ciento de su capital en EEUU, el 45 por ciento en Europa y el resto en Asia, mientras Blackstone cuenta con el 80 por ciento del valor de activos privados en suelo norteamericano.
Victoria dividida
Con tanto dinero de por medio es inevitable que el choque de egos haya llegado a ser la comidilla en todos los mentideros del sector. El pulso entre Schwarzman y Henry Kravis se ha ido haciendo más evidente con el paso del tiempo y, como no, las zancadilla entre ambas firmas han saltado a los titulares.
El pasado mes de agosto, KKR ganaba a Blackstone y le arrebataba Royal Philips Electronics. Un mes más tarde volvía a causar problemas al hacer una oferta mejorada de última hora sobre Freescale Semiconductor, justo cuando Blackstone estaba a punto de cerrar el trato. Finalmente, la firma de Schwarzman se hizo con la empresa semiconductora pero gracias al entrometimiento de Kravis, tuvo que elevar su oferta inicial.
Evidentemente, si hubiera que declarar un ganador eventual para esta batalla, Blackstone se erigiría con la victoria, ya que su poderío financiero es mayor. Aún así, Schwarzman ha despertado la atención en el Congreso de EEUU, donde muchos representantes de ambos partidos abogan por un incremento de impuestos para los descomunales fondos de capital privado, algo que también acabaría haciendo pupa a KKR, que, de momento, utiliza a Blackstone como escudo.