ROMA (Reuters) - El primer ministro italiano Silvio Berlusconi se entrevistó el lunes con Muamar el Gadafi, después de que el líder libio provocara una tormenta mediática al sugerir a un grupo de jóvenes mujeres que se convirtieran al islam.
Los diarios italianos y los políticos de la oposición respondieron indignados después de que Gadafi invitara a cientos de jóvenes contratadas por una agencia de modelos que participaron en un acto en un centro cultural libio en Roma a convertirse al islam.
Varios comentaristas acusaron a Berlusconi de sacrificar los principios y la dignidad en nombre de las relaciones comerciales y de inversión con Libia, cuyo enorme fondo soberano ha invertido fuertemente en Italia en los últimos años.
"¿Qué habría pasado si un jefe de Estado europeo hubiese ido a Libia o a otro país islámico e invitara a todos a convertirse al cristianismo?", preguntó el diario Il Messagero. "Creemos que habría causado reacciones muy fuertes en todo el mundo islámico".
Tres mujeres se convirtieron, según medios, pero no hubo modo de verificarlo. El lunes se repitió el acto y las participantes dijeron que Gadafi también les alentó a casarse con hombres libios.
"No he tenido ningún problema", dijo Barbara Persichetti, una de las mujeres que acudió al evento a Reuters Televisión. "No quiero casarme pero fue interesante, el papel de la mujer en Libia es muy interesante".
El acto del fin de semana, celebrado no muy lejos del Vaticano, es similar al que el año pasado celebró también con 200 mujeres con motivo de otra visita de Gadafi a la capital italiana.
"Desde que Gadafi llegó, está tomando el pelo a este país", dijo Stefano Pedica, senador del partido opositor Italia de los Valores.
DERECHOS HUMANOS
Un asesor de Berlusconi dijo que los dos líderes se entrevistaron en la jaima en la que Gadafi duerme cuando realiza visitas al extranjero. Ambos tenían previsto asistir a un cena formal el lunes, para celebrar la amistad ítalo-libia.
Las relaciones entre los dos países han crecido desde el acuerdo alcanzado en 2008 en el que Berlusconi aceptó pagar 5.000 millones de dólares como reparación por el mandato colonial de Italia sobre Libia.
Italia es ahora el mayor socio comercial del país norteafricano rico en recursos energéticos y compra gran parte de su petróleo y gas de ahí. Libia también es un gran inversor en la economía italiana.
Pero muchos comentaristas no estaban satisfechos.
"El interés nacional no justifica, y desde luego no hace necesario que cualquiera acepte ser anfitrión de actos grotescos de hacer el payaso", dijo La Stampa en un editorial.
Políticos de la federalista Liga Norte - socio de la coalición de gobierno de Berlusconi - ya han mostrado su preocupación por la participación que tiene Libia del 6,7 por ciento en UniCredit, uno de los mayores bancos del país.
Los empresarios italianos en general hablan bien de Libia como socio inversor, pero los estrechos vínculos de Berlusconi con Gadafi también han alimentado las especulaciones de que los intereses económicos han superado cualquier otra consideración.
Políticos de la oposición se han centrado en especial en un acuerdo con el que Libia aceptó recoger los inmigrantes ilegales que intentan llegar a Italia saliendo de sus puertos.
El Partido Democrático de centroizquierda pidió a Berlusconi que haga una declaración en el Parlamento tras la visita de Gadafi, que consideró una oportunidad para plantear la cuestión de los derechos humanos.
Los dos dirigentes se reunieron el lunes dentro de un programa que incluía una exposición fotográfica, una exhibición ecuestre y una cena formal. Se ha especulado con que Gadafi o responsables de su gobierno se iban a reunir con dirigentes empresariales, con varios acuerdos potenciales en el aire.
Además de su participación en UniCredit, Libia también posee otra en la petrolera Eni y ha mostrado interés en muchas más, como la energética Enel.
Muchos italianos se muestran resignados ante el comportamiento de Gadafi.
"Esta es la típica estupidez que dice Gadafi, deberíamos esperar justo este tipo de comportamiento", declaró a Reuters Marina Merni, una romana. "Me sorprende que lo tratemos como un huésped honorífico, pero claramente hay un interés nacional", añadió.