Empresas y finanzas

Tras la nacionalización petrolera, Morales confronta problemas energéticos

Javier Aliaga

La Paz, 22 jun (EFECOM).- Tras la nacionalización petrolera del 2006, el gobierno boliviano que preside Evo Morales tiene problemas para atender la demanda de gas de Brasil y Argentina, escasez en el mercado interno, falta de inversiones en el sector y una crisis crónica de la petrolera estatal YPFB.

Los conflictos también incluyen el atolladero para cerrar la compra, en 112 millones de dólares, de dos refinerías de Petrobras, nacionalizadas en mayo del año pasado pero que siguen en manos de esa petrolera brasileña.

Aunque esa compra fue anunciada por Morales con gran bombo en mayo pasado, y a pesar de que ya pagó 56 millones, la transferencia no se ha concretado.

Entre otras causas citadas por analistas y diplomáticos consultados por Efe, la venta se frenó por desacuerdos sobre deudas que el Estado reclama a Petrobras, porque las aseguradoras no se arriesgan a extender una póliza a la desprestigiada YPFB y por problemas administrativos.

En paralelo, hay una merma del ya mínimo volumen de gas enviado a la ciudad brasileña de Cuiabá, donde tuvo que paralizar sus operaciones una planta termoeléctrica que genera el 40 por ciento de la electricidad del estado de Mato Grosso.

La crisis no la sintieron los consumidores de ese estado, que recurrió a otras fuentes, pero motivó el jueves la visita reservada a La Paz del secretario de Electricidad del ministerio de Minas y Energía de Brasil, Ronaldo Shuck.

Shuck logró hoy, tras intensas negociaciones, un acuerdo temporal con el ministro boliviano de Hidrocarburos, Carlos Villegas, para garantizar la reposición del envío a Cuiabá de 1,1 millones de metros cúbicos diarios.

La nueva demanda de Cuiabá, de 2,2 millones, no podrá ser atendida ahora y, según Villegas, solo se cubrirá desde 2010.

La próxima semana comenzarán negociaciones para firmar en julio un contrato definitivo al respecto.

Según el gobierno de Morales, la merma de Cuiabá obedeció a la necesidad de dar prioridad al contrato de exportación a Sao Paulo, el más importante con Brasil, pues tiene una cláusula que obliga a entregar el gas pedido o pagar su coste.

Pero el problema tiende a agravarse porque esta semana Brasil solicitó todos los 30 millones de metros cúbicos fijados en ese contrato principal, algo que los analistas consideran difícil de cumplir porque la producción está en el límite por falta de inversiones.

El freno de inversiones se debe a la inestabilidad política de los últimos años -seis presidentes en lo que va de siglo- y la nacionalización de Morales.

Para Argentina, Bolivia envía 5,3 millones de metros cúbicos diarios de gas, aunque el contrato vigente menciona 7,7 millones.

En marzo pasado Villegas y el ministro de Planificación de Argentina, Julio De Vido, anunciaron que en este mes de junio se licitaría un gasoducto binacional, pero hasta hoy no hay nada confirmado.

A ello se suma la escasez de gas licuado de petróleo (GLP) en el mercado interno, que genera problemas en varias ciudades que necesitan ese combustible para calefacción y cocina, principalmente.

Y también las contradicciones públicas entre Villegas y el presidente de la compañía estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Guillermo Aruquipa, sobre la necesidad de importar GLP.

Bolivia posee las segundas reservas de gas de Suramérica (48,7 billones de pies cúbicos), un tercio de las que tiene Venezuela, pero YPFB no puede cubrir la demanda interna de GLP.

Aruquipa, cuarto presidente de YPFB en el primer año de gobierno de Morales, intenta paliar la escasez repartiendo en persona, de madrugada, con bombonas de gas, lo que ha sido criticado por analistas y medios que le acusan de no resolver los problemas de fondo y conformarse con gestos.

También hay peticiones de renuncia de Aruquipa planteadas por sindicatos de YPFB que denuncian un "manejo político" de la firma.

El diario paceño "La Razón", uno de los de mayor tirada en Bolivia, critica hoy severamente la política petrolera de Morales y afirma que su nacionalización "está resultando un fiasco".

"El manejo del sector está pasando por un momento crítico cercano al desastre, como se puede observar por la crisis en la producción, que obliga a racionar combustibles dentro del país y a incumplir compromisos internacionales", dice el editorial de "La Razón", del grupo español Prisa.

Morales, con 16 meses en el poder, culpa de la crisis a la falta de inversiones de las multinacionales y a los gobiernos anteriores.

El ex ministro de Hidrocarburos Mauricio Medinacelli declaró hoy a Efe que, efectivamente, desde 2003 "hay un maltrato al sector y poco incentivo a las inversiones", en parte porque algunos movimientos sociales usaron el gas "como instrumento" de sus reclamos.

"No creo que haya comenzado todo con la nacionalización. Es un proceso que se arrastraba hace años", señaló Medinacelli, y para ilustrar la caída de inversiones dijo que "en las buenas épocas, en la segunda mitad de los años noventa, había más de cincuenta equipos de perforación. Ahora tenemos dos".

Además, explicó, "en este momento solo se está desarrollando un pozo petrolero, cuando antes habían una cantidad más grande". EFECOM

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