EDP
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El Gobierno vasco y Hidrocantabrico (filial de la portuguesa EDP) han cerrado el acuerdo por el cual el Ejecutivo vasco vende a su socio alrededor del 25% del capital de la distribuidora gasista Naturgas y también el 4,1% que está en manos del Ayuntamiento de San Sebastián.
De esta forma, como adelantó elEconomista, se completa la segunda fase de la privatización de Naturgas, compañía resultante de la reordenación de las compañías gasistas públicas vascas lideradas por Gas Euskadi, que en 2003 fue adjudicada en concurso público a Hidrocantábrico.
Tras aquella operación, el accionariado de Naturgas quedó repartido de la siguiente forma: un 65,5% controlado por HC (Grupo EDP); 30,3% Gobierno vasco a través de la sociedad pública EVE; y Ayuntamiento de San Sebastián 4,1%.
El mantenimiento de la importante presencia pública en su accionariado respondía al interés de la Administración vasca de asegurarse que se mantenían los ambiciosos planes de despliegue de redes gasistas, factor determinante en la estrategia energética vasca de los últimos veinte años.
El Gobierno podría mantener alrededor de un 5%
Una vez realizado el gran despliegue de gasoductos y en función de los acuerdos de la privatización rubricada en 2003, tanto el Gobierno vasco como el Ayuntamiento de San Sebastián, tenían la posibilidad de salir de su accionariado en unas condiciones ventajosas siempre y cuando formulasen su opción de venta antes del 31 de julio de 2010, como así ha ocurrido finalmente.
A la espera de conocer los detalles de la operación, elEconomista ya informó en abril que el Gobierno vasco tenía previsto vender la mayor parte de participación en el capital de Naturgas, pero no todo, ya que conservaría alrededor de un 5%, al estilo de una acción de oro, para seguir teniendo acceso al consejo de la distribuidora gasista e influir en sus decisiones determinantes, véase sede social y centro de decisión; planes de inversiones, etc.
No hay que perder de vista que precisamente el compromiso por escrito de HC con el mantenimiento de la sede de Naturgas en el País Vasco y los planes de inversión que planteaban fueron motivos determinantes para inclinar la balanza de la privatización en su favor, en contra del proyecto que presentó también en su día la vasca Iberdrola.