Empresas y finanzas

Las cinco claves de las pruebas de esfuerzo para los mercados

Se ha hablado, escrito y filtrado tanto de ellos en los últimos tiempos, que parecen antiguos. Pero no. Los resultados de las pruebas de esfuerzo a las que han sido sometidos los bancos europeos no se conocerán hasta la tarde de hoy. Siendo así, ¿por qué llevan semanas acaparando la atención si hasta ahora no había veredicto definitivo sobre la mesa? Muy sencillo: porque hay mucho en juego. Para los mercados financieros -y la economía en conjunto- la cita posee cinco claves fundamentales.

1. Letra pequeña: qué criterios se han empleado

Es, sin duda, el verdadero 'algodón' para calibrar el alcance real de las pruebas. De ahí que concite todas las miradas... y los mayores recelos. "Mientras no se publiquen las hipótesis manejadas para hacer dichos test, algo que se hizo en EEUU en su momento, la validez de los resultados quedará en entredicho y, creemos, no servirá para devolver la confianza al sector", advierten los expertos de Link Securities. La nebulosa es máxima en este sentido, y el mercado mirará con lupa dos aspectos principales. El primero, si se han empleado datos homogéneos que permitan comparar los veredictos. Y el segundo, si los criterios han sido serios, realistas y estrictos, lo cual daría más validez a los resultados, o si se trata de una prueba de mínimos que ha buscado dar un aprobado general. Si esta tentación se hubiera impuesto, el remedio podría ser peor que la enfermedad porque los test no hubieran servido para aportar transparencia a los mercados sobre la situación real del sector.

2. Cuestión de confianza para el sector central de la crisis

Casi tres años después del comienzo oficial de la crisis, el sector bancario, el epicentro de todos los problemas originales, continúa sujeto a fuertes incertidumbres. ¿Qué riesgos contienen de verdad sus balances? ¿Hasta qué punto son solventes? ¿Qué niveles de desempleo o morosidad podrían soportar? Éstas y otras cuestiones deberían quedar resueltas con la publicación de los resultados de los test. Si éstos cumplen su misión, pondrán negro sobre blanco la situación real del sector y aportarán una transparencia clave tanto para la banca como para el conjunto del mercado. La bolsa, de hecho, así lo ha anticipado, ya que los principales bancos se han disparado en el parqué entre un 20 y un 35 por ciento desde los mínimos de junio. De los resultados depende la consistencia del rebote visto en el último mes y medio.

3. Reapertura del mercado interbancario y de capitales

Conocer la verdadera situación de las entidades podría servir para reabrir el mercado interbancario, el cauce de financiación mayorista para el sector, pues es en él donde unas entidades prestan dinero a otras. Hasta la fecha, este mercado ha estado 'seco' y ha sido reemplazado por la 'barra libre' de liquidez del Banco Central Europeo (BCE) por una sencilla razón: unos bancos no se fían de otros, por lo que no les prestan dinero. Unos test bien realizados, que ayuden a depurar quién está bien y quién no, servirían para reactivar un segmento que es determinante en la marcha de los mercados y la economía. "Las pruebas pueden permitir la reapertura de la financiación mayorista, y eso es bueno porque mientras no regrese no volverá a fluir el crédito", recuerda José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. Adicionalmente, la transparencia aportada por las pruebas podría permitir una reactivación de las emisiones de deuda financiera, 'ausentes' en los últimos meses como consecuencia de la crisis de la deuda soberana y su impacto en los balances de los bancos.

4. Un motor clave para la recuperación económica

En efecto, si se reabriera paulatinamente el mercado interbancario, la recuperación encontraría un aliado clave. Sin financiación mayorista, no regresará el flujo crediticio hacia las empresas y los hogares, por lo que su mejoría resulta clave para la inversión, el consumo y la creación de empleo y generaría un clima mucho más favorable para los parqués.

5. Distensión adicional para la deuda soberana y el euro

La crisis fiscal de la eurozona y la incertidumbre financiera se han retroalimentado desde marzo. Una combinación letal que se ha traducido, a su vez, en caídas de un euro cuyo futuro parecía en entredicho. Esta cadena de amenazas se rompería con unos buenos resultados de los test de estrés. Así lo ha anticipado el mercado en las últimas semanas, en las que, por ejemplo, la prima de riesgo de España -medida por la diferencia entre la rentabilidad de los bonos españoles y alemanes a 10 años- se ha moderado de los 221 a los 169 puntos básicos y el euro se ha apreciado un 8,6 por ciento contra el dólar.

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