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Europa busca vías más allá de inmigración ante falta personal especializado

Berlín, 18 jun (EFECOM).- Los ministros de Trabajo alemán y español coincidieron hoy en Berlín en que la inmigración no es la solución definitiva al retroceso demográfico y la falta de personal cualificado en Europa, y que son necesarias estrategias a largo plazo como una mejor integración y cualificación de la mano de obra.

En un simposio organizado por la presidencia de turno alemana de la Unión Europea (UE) en Berlín, el ministro español de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, en calidad de representante de un país que demanda y recibe trabajadores del exterior, destacó que "los inmigrantes no quitan trabajo y favorecen la expansión del mercado laboral".

No obstante, Caldera coincidió con el anfitrión del foro "Cualificación de trabajadores y política migratoria en Europa", su homólogo alemán Franz Müntefering, y el comisario europeo de Empleo y Asuntos Sociales, Vladimir Spidla -también presente en el acto- en que la inmigración "no es la solución definitiva a largo plazo".

Aunque el eurocomisario calificó la inmigración como "parte del éxito" del crecimiento económico que disfrutan países como Canadá, EEUU, Austria y España, recordó que "lo más importante es la integración de los inmigrantes desde un principio", apuntó Spidla.

El político europeo reiteró que sigue existiendo la inmigración circular (trabajadores que vienen por un tiempo y vuelven a sus países de origen), pero que "la mayoría se queda", y que la tarea de integrarlos "es competencia de la política sociolaboral" y no de los responsables de Interior o de la policía como apuntaron otros participantes en el foro.

El ministro español, quien respaldó con abundantes datos el efecto positivo de los inmigrantes en España durante la última década (pasando del 1,5 al 10 por ciento de la población total) destacó que "ayudan al crecimiento económico, a la renta per cápita y tasa de actividad de la población, especialmente de la mujer".

Hasta el punto de que para Caldera, gracias a la llegada de inmigrantes (de los 700.000 empleos creados este año, 150.000 los desempeñan extranjeros, según sus datos), España espera cumplir los objetivos de Lisboa "antes de 2010".

Coincidió el ministro español con Spidla en que sin embargo, hay que buscar mecanismos que favorezcan la inmigración, y no perjudiquen a los países de origen, que en contrapartida sufren una sangría demográfica de personal joven y formado.

Caldera explicó de hecho que, en contra de muchos supuestos, "cada vez son más los trabajadores cualificados que llegan al mercado laboral español", y cifró en un 22 por ciento el porcentaje de los que han terminado estudios universitarios.

Y aunque en el caso de España el grueso de los inmigrantes son latinoamericanos y magrebíes, también recibe trabajadores del Este de Europa, que a su vez sufren la llamada "fuga de cerebros".

El responsable lituano de Protección Social y Trabajo, Rimantas Kairelis, expresó su preocupación por la marcha de trabajadores cualificados de su país desde la entrada en la UE y apuntó que "necesitamos tiempo para compensar los efectos negativos de la emigración" que pasan por una "mejora de las condiciones de vida".

Mejora de salarios, condiciones de vida y diálogo con los interlocutores sociales son algunas de las medidas que propusieron todos los políticos -también representantes de la OCDE- para regular los flujos de migración en Europa.

Flujos que para Müntefering se justifican "siempre y cuando sigamos formando e integrando a desempleados en nuestros propios países, independientemente del pasaporte que tengan, y no sacándolos de terceros países".

Friedrich Buttler, director de la región europea de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), recordó la "responsabilidad que deberían asumir aquellos países que trajeron inmigrantes (el caso de Alemania en los sesenta y setenta)", que sería "formarlos", agregó.

Buttler, defensor también de políticas migratorias a largo plazo, recordó que en el caso europeo el 27 por ciento de la gente en edad de trabajar tiene trasfondo migratorio, y que mayoritariamente "son los que peor formados", en contraposición con los datos de Caldera.

Si bien todos coincidieron en la necesidad de fomentar la integración de los inmigrantes y las minorías sociales, Müntefering recordó que identificar las demandas de empleo a nivel local y la búsqueda de soluciones, "es un desafío propio de cada país". EFECOM

umj/jla

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