
No corren buenos tiempos para una de las marcas más emblemáticas del corporate norteamericano. A sus 84 años, Hugh Hefner está lejos de retirarse y quizás es de los pocos empresarios que todavía puede darse el lujo de trabajar en pijama todos los días. Sin embargo, el díscolo imperio que creó hace alrededor de 57 años corre peligro: Playboy lleva años generando pérdidas y su fundador baraja nuevos planes de futuro para la compañía.
De hecho, el octogenario se ha asociado con Rizvi Traverse Management para comprar todas las acciones de Playboy que no son de su propiedad a un precio aproximado de 5,5 dólares por título, con la única intención de privatizar la empresa y sanear sus cuentas. Se dice, incluso, que Hefner podría poner a la venta su archiconocida mansión en Los Ángeles para poder asi borrar la deuda que pesa en estos momentos sobre Playboy.
Aún así su plan tiene probabilidades de descarrilar. Según David Bank, analista de RBC Markets, Hefner "tendrá que pagar mucho más si quiere que sus intenciones lleguen a buen puerto". Al fin y al cabo, su oferta valora Playboy en 185 millones de dólares, una cifra bástante ridícula para una de las marcas más conocidas del mundo.
Nuevas ofertas
Por supuesto, esta tímida apuesta ha hecho que otras compañías también se suban al carro e intenten hacerse con un trozo del conejo más conocido del mundo. FriendFinder Networks, propietario de Penthouse, ha reconocido que plantea presentar su propia oferta por Playboy.
Sin embargo no se puede pasar por alto que Hefner cuenta con el 70% del poder de voto sobre la compañía, es decir, si no quiere vender Playboy, no habrá oferta que pueda llevarle la contraria.