La marea negra del Golfo de México está provocando un desastre natural de considerables proporciones, además de cuantiosas pérdidas a BP. Pero, además, está afectando a muchos propietarios de gasolineras BP de manera indirecta que, con la mancha del vertido sobre la marca de sus negocios, están intentando cambiar de nombre en un intento por salvaguardar su reputación.
Así lo recoge el diario online estadounidense Freep.com, que pone como ejemplo lo que está sucediendo en la ciudad estadounidense de Detroit, en el estado de Michigan. Allí, muchos consumidores indignados con la compañía petrolera británica están boicoteando la actividad de las gasolineras que lucen su enseña.
Combatir el boicot
Como consecuencia, sus dueños están comenzando a tener problemas para cubrir gastos. Para muchos de ellos, como Abdel Berry, que regenta tres gasolineras de BP, la única alternativa a echar el cierre era cambiar de marca. Y así lo hizo. Ahora, sus surtidores se llaman Sunoco, petrolera estadounidense.
Según explica, desde que el estallido de la plataforma de la firma ritánica, sus venta se han reducido una media de entre 500 y 800 galones al día (entre 1.893 y 3.028 litros), una situación que espera que se revierta con el cambio de nombre.
Pero Berry es uno de los más afortunados. Al fin y al cabo, dos de sus tres establecimientos estaban libres de la cláusula contractual que establece la obligatoriedad de ser fiel a la marca. Eso sí, el coste de hacerlo y lavar así su imagen no lo podrá evitar: pasarse a Sunoco le cuesta entre 45.000 y 50.000 dólares.
¿Cómo escapar a BP?
Otros, como Fred Asmar, no tienen tanta suerte y están atados a BP durante años con sus contratos. Este empresario ha optado por bajar precios, aunque no ha logrado frenar la caída de la facturación, que ronda el 40%. Para él, la salida ahora es otra: "Estamos intentando encontrar la forma de romper nuestro contrato alegando negligencia de BP", explica al diario.
Los propietarios de la región de Michigan y de otros estados de EEUU, a título personal y también desde las asociaciones que les agrupan, han lanzado mensajes de calma a los consumidores para que frenen el boicot afirmando que sus gasolineras no pertenecen a BP y que lo que se consigue en realidad es dañar a los trabajadores. Sin embargo, lo cierto es que las ventas siguen en descenso y aquellos que alquilan a BP su marca están haciendo todo lo posible por cambiar de franquicia.
Mientras, la petrolera británica sigue intentando frenar la fuga, que cada día arroja al mar unos 60.000 barriles diarios de petróleo. Hoy ha anunciado que podría tener el escape controlado ente el 20 y 27 de julio, antes de lo que había calculado.