
Las patronales de energías renovables Appa, Asif, GiWatt y Ricam, entre otras, hicieron ayer pública su "Propuesta de reparto de costes para el soporte de la curva de aprendizaje de las energías renovables para cumplir los objetivos del 2020 de la Comisión Europea".
En este documento de impronunciable descripción, adelantado por elEconomista, se plantea la creación de un céntimo verde que se cargaría a las gasolinas, butano y gas natural para financiar las renovables. Esta medida cuenta con el apoyo de las grandes eléctricas y con el respaldo de los grandes consumidores, lo que abre las puertas a una próxima negociación a la que ya se ha mostrado dispuesto el Ministerio de Industria.
No obstante, fuentes consultadas por este diario aseguran que esta disposición no es tan clara, ya que la creación de una nueva tasa depende del Ministerio de Economía y Hacienda. No obstante, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, ya se ha mostrado dispuesta a subir impuestos si las cifras del Presupuesto no cuadran.
En busca de financiación
El ministro de Industria, Miguel Sebastián, negó ayer en el Senado haber realizado ninguna propuesta con carácter retroactivo, pero la industria fotovoltaica asegura que se quedó helada ante las propuestas de recorte planteadas para su sector y se ha visto forzada a buscarse la vida en el exterior. Así lo expresó el presidente de la Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF), Javier Anta, que asegura que el ministro les ha pedido un esfuerzo coyuntural durante tres años que supondrá un recorte de 1.000 millones en cada ejercicio, lo que equivale al 40% de los 2.600 millones recibidos en 2009.
Además de este tijeretazo, el Ministerio quiere disminuir el número de horas en que estas instalaciones pueden disfrutar de los incentivos. La reducción de horas se aplicaría tanto a las instalaciones operativas como a las futuras. Además, limitaría la contribución en horas a 1.200 para paneles fijos y 1.664 horas para los de dos ejes, que son las cifras que, según Industria, aparecen recogidas en el Plan de Energías Renovables 2005- 2010.
Según Anta, con estas medidas el sector fotovoltaico desaparecerá y "Asif se tendrá que convertir en asociación de damnificados de este decreto".
Una pequeña parte
La fotovoltaica supone un 3% de la demanda de eléctrica nacional, mientras que recibe el 16% de la facturación. Sin embargo, en Asif son conscientes de ello, y no están en contra de que se produzca una rebaja en la factura, de hecho lo propusieron en noviembre de 2009 ante la situación de crisis que atraviesa el país. El problema es que "nos están poniendo una soga en el cuello".
Javier Anta quiso dejar claro que las energías renovables suponen una inversión y un ahorro a medio y a largo plazo: "aunque ahora supongan un coste en el futuro serán determinantes". La asociación advierte de que el año 2009 fue "absolutamente desastroso" para el mercado fotovoltaico nacional, cuyo valor cayó un 98,5%, pasando de los 16.380 millones de 2008 a sólo 233 millones.
Si en 2008 se conectaron 2.500MW, en 2009 se conectaron unos 70MW. En el plano internacional, en cambio, a pesar de la crisis económica global, se instalaron 7.200MW, un 16% más.
Posturas enfrentadas
Para Asif, la posición de Industria es "aterradora" e "inadmisible" porque supone aplicar una "retroactividad" o "pseudoretroactividad" al sector.
Por su parte, Industria ha pedido a las asociaciones que respondan con urgencia a este último planteamiento y que presenten ya mismo sus alegaciones. La adaptación a la nueva normativa de 2008, "que provocó la parálisis total durante cincomeses para habilitar el registro de preasignación de retribución", junto con la lentitud burocrática, el constante incumplimiento de los plazos establecidos en dicha norma por parte de Industria y la bajada de precio de los paneles solares (un 50% durante el último año), son las causas que explican la moratoria de facto sufrida durante 2009, añadió.
Con todo, el mercado nacional se reactivó a finales de año, y se trabajó con normalidad hasta que, hacia el pasado marzo, el Ministerio "comenzó a generar incertidumbre y confusión sobre la aplicación de normas retroactivas". Esto, sumado a la brutal campaña de desprestigio que desde hace muchos meses sufre la energía solar, ha devenido en que las entidades financieras se niegan en redondo a comprometer sus recursos en el mercado fotovoltaico nacional y en que los potenciales clientes rechacen la fotovoltaica.
Fruto de la inactividad en España, casi el 50% de las empresas del sector se han visto obligadas a ir a otros mercados.