Bruselas, 29 may (EFECOM).- Los 25 siguen negociando para lograr hoy un acuerdo sobre la liberalización de los servicios en la UE, a pesar de la constatación de que hay grandes divergencias entre los países sobre el alcance de la normativa, las excepciones y los requisitos para autorizar la libre circulación de servicios.
La presidencia austríaca presentó esta tarde, en el marco del Consejo de Competitividad (Industria, Investigación y Mercado Interior) una nueva propuesta de compromiso, con la que trata de responder a las preocupaciones de todos los países y obtener su apoyo para aprobar definitivamente la polémica directiva de servicios.
La delegación francesa precisó que no puede respaldar el texto sin la autorización de París -igual que Bélgica, que también debe consultar a su Gobierno- y pidió, además, que se amplíe el plazo de incorporación de la directiva de dos a tres años, demanda que fue apoyada por varios países, entre ellos España.
Varios Estados -sobre todo de los diez nuevos miembros, pero también otros como Holanda -reclamaron que se clarifique el mecanismo de análisis propuesto por Austria, en virtud del cual los Estados deberán comunicar y justificar ante la Comisión Europea los requisitos que imponen para autorizar la prestación de un servicio en su territorio.
Sin embargo, Alemania incidió en que esa obligación de comunicar a Bruselas los requisitos debería ser suficiente tal como está formulada y subrayó su disposición a aceptar esa disposición, a pesar de que su cumplimiento le resultará muy complicado.
Antes de suspender la sesión para dar tiempo a las delegaciones a analizar las últimas propuestas, el ministro austríaco de Economía, Martin Bartenstein, apeló a la "voluntad política" de los Veinticinco para sacar adelante esta norma y reiteró que, aunque su propuesta no puede satisfacer completamente a todos los países, sí recoge la mayoría de demandas recibidas.
Por su parte, el comisario europeo de Mercado Interior, Charlie McCreevy, reclamó a los Estados "un poco de realismo" e insistió en que a estas alturas del debate no se puede cuestionar el fondo de la directiva ni, especialmente, los cambios propuestos por el Parlamento Europeo y aceptados en su mayoría por la Comisión Europea en su última propuesta. EFECOM
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