
Las tarifas del taxi se han incrementado en los últimos nueve años una media del 58%, según indica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en un informe que ha elaborado tras examinar los precios de este servicios en trece provincias españolas.
El informe constata que Sevilla, Santander y La Coruña cuentan con la bajada de bandera más barata, aunque sus taxistas están autorizados a cobrar una carrera mínima de más de 3 euros. Por el contrario, Santa Cruz de Tenerife (2,15 euros), Madrid (2,05 euros) y Barcelona (2 euros) ostentan la bajada más cara, aunque en estas ciudades no existe carrera mínima.
El kilómetro más económico se encuentra en Bilbao y Tenerife (0,66 euros y 0,54 euros, respectivamente), mientras que los usuarios madrileños lo pagan a 0,98 euros, el coste más caro. En el resto de ciudades, el kilómetro oscila entre 0,7 y 0,96 euros.
Abusos e infracciones
Por otro lado, el informe pone de manifiesto que en 193 recorridos analizados se cometieron 523 infracciones, una cifra que no mejora la registrada en 2001.
Además, el 24% de los taxis circulaban sin llevar sus tarifas visibles y, en el 11% de los recorridos, los conductores tomaron una ruta más cara que no supuso ahorro de tiempo alguno. La organización de consumidores recuerda que es el pasajero el que tiene que elegir el itinerario, y que, a falta de instrucciones, el conductor debe elegir el camino más rápido o corto.
Además, se aplican mal las tarifas: hasta en 23 ocasiones a la OCU le cobraron cantidades indebidas. "Esta infracción es muy grave y el taxista se puede enfrentar a una sanción importante", recuerda la organización.
"La OCU considera que, a la vista de los datos obtenidos, hay ciudades como Sevilla, Bilbao o Madrid donde los abusos son más frecuentes", sentencia.
La asociación de consumidores denuncia que es difícil reclamar, ya que los usuarios casi nunca disponen de recibos completos -en el estudio sólo 23 de los 193 recibos eran correctos- y exige a las autoridades locales que extremen la vigilancia para acabar con las prácticas que perjudican al consumidor y "a los profesionales honestos del propio sector".
Por todo ello, la organización aconseja a los usuarios del taxi que comprueben las tarifas, que den instrucciones a los conductores sobre la ruta y que comprueben el recibo.