LONDRES (Reuters) - Los líderes políticos británicos planeaban hacer campaña durante la noche del martes en una búsqueda final de votos, dos días antes de unas elecciones parlamentarias que los expertos creen que podría redibujar el mapa político.
En las dos últimas encuestas de opinión para los comicios del 6 de mayo, el Partido Laborista del primer ministro Gordon Brown, en el poder desde 1997, era superado por 7 y 11 puntos porcentuales por la oposición conservadora.
Esto podría dar al partido de centroderecha encabezado por David Cameron una leve mayoría en el Parlamento o dejarlo a las puertas de obtener el control de la Cámara Baja, dependiendo de cómo estén divididos los votos en los 650 distritos electorales del país.
Cameron, bajo presión para poner fin a los 13 años de su partido en la oposición y asegurarse una mayoría sólida, hará campaña el martes por la noche, buscando apoyos entre el tercio de votantes que aún está indeciso.
La subida de los liberales-demócratas, habitualmente el tercer partido político en la política británica, se ha sumado a la incertidumbre y convertido los comicios en una lucha a tres bandas.
Algunos sondeos sugieren que los liberales-demócratas podría superar a los laboristas como la segunda formación en términos de porcentaje de votos aunque los vericuetos del sistema electoral significan que los laboristas ganarán muchos más escaños.
Sin embargo, podrían tener la llave del poder si las elecciones no son concluyentes y la usarán para impulsar un sistema de votos proporcional.
Brown sugirió que asumiría la responsabilidad si el Partido Laborista no logra el jueves una victoria por cuarta vez consecutiva, como sugieren la mayoría de los sondeos.
"Tendré que asumir la responsabilidad y asumiré plena responsabilidad si pasa algo", dijo Brown a GMTV, un programa matutino.
"Pero aún creo que hay miles de personas que aún no se han decidido", añadió.
"EL PEOR PRIMER MINISTRO"
La campaña de Brown se vio minada por uno de sus candidatos, que le describió en una entrevista en un periódico local como "el peor primer ministro de la historia", en parte por sus políticas de inmigración y contra la delincuencia.
Manish Sood, que concurre a los comicios en Norfok, en el este de Inglaterra, dijo a Sky News que seguía pensando lo mismo: "Todas las políticas que está sacando son un verdadero desastre".
El diario Financial Times dio un impulso a Cameron, cambiando su apoyo de los laboristas a los conservadores. La publicación dijo que el partido de Cameron será el mejor para enfrentarse a un déficit récord en el presupuesto británico.
"No damos nada por hecho", dijo George Brown, responsable de finanzas y coordinador electoral de los conservadores, en un mensaje a sus seguidores.
"Quiero que luchemos por persuadir a cada votante que esté aún indeciso", añadió.
El ministro de Finanzas, Alistair Darling, dijo que Osborne y los conservadores pondrían en peligro la frágil recuperación económica.
"¿Estás contento si pierdes tu trabajo, tu casa, el futuro de tu familia por los errores de George Osborne, un hombre con un historial de hacerlo mal", dijo Darling en un discurso en Londres. "Su inexperiencia es un peligro. Su juicio es un riesgo".
Dos de los ministros de mayor rango de Brown parecieron instar a los partidarios del laborismo en algunos distritos electorales fuertemente disputados a que consideren si votar por el tercer partido, el Liberal-Demócrata, para debilitar a los conservadores.
Brown, que posiblemente lleve a cabo una maratón de campaña sin precedentes como la de Cameron, dijo que los conservadores recortarán los servicios públicos y amenazarán la recuperación del país de la peor recesión sufrida desde la Segunda Guerra Mundial.
"Sus frases podrán ser modernas, pero sus políticas son las de las décadas de 1930 y 1980", escribió Brown en el diario The Guardian.
El secretario de Estado para Gales, Peter Hain, dijo que los votantes laboristas en escaños marginales donde los liberales-demócratas y los conservadores tienen mayor posibilidad de ganar, deberían "votar con la cabeza, no con el corazón". El secretario de Escuelas, Ed Balls, dijo que quería "mantener a los tories (conservadores) fuera" en distritos donde los números previos muestran una paridad de votos.
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